Opinión

Candidatitis aguda: desafios de la reforma electoral 2026

Por: Fernando Zambrano Ortiz

Analista Político

Hoy 12 de julio vence el plazo para que los candidatos a las elecciones generales de 2026 puedan afiliarse a algún partido político. Esta fecha límite tiene importantes implicaciones en la dinámica política del país, ya que, para poder postular a cargos de elección popular a partir del 2026, se requerirá como mínimo un año de militancia en el partido. Esta medida busca evitar el transfuguismo y promover el fortalecimiento de los partidos como estructuras orgánicas.

La conformación y comportamiento de los congresistas y grupos parlamentarios se perfilan para enfrentar el escenario de las elecciones 2026, en un proceso en el que estará permitida la reelección parlamentaria. Este cambio en las reglas electorales podría generar incentivos para que los actuales parlamentarios busquen mantener sus escaños, lo cual podría incidir en la renovación de los liderazgos políticos.

La afiliación partidaria previa a las elecciones es un requisito fundamental para garantizar la estabilidad y continuidad de los proyectos políticos. Sin embargo, este escenario también plantea desafíos en términos de la representatividad del Congreso. La posibilidad de que los actuales parlamentarios se repostulen podría limitar la incorporación de nuevos liderazgos y perspectivas, lo cual podría afectar la capacidad del Legislativo para responder a las demandas y expectativas de la ciudadanía.

En este contexto, resulta fundamental que los partidos políticos y las autoridades electorales implementen mecanismos de transparencia y rendición de cuentas que permitan a la población evaluar adecuadamente a los candidatos y sus propuestas. Asimismo, se deben generar incentivos para la renovación de cuadros y el fortalecimiento de la democracia interna de las organizaciones políticas.

Por otro lado, entre las novedades que traerá las elecciones 2026 está la implementación de un nuevo sistema bicameral, conformado por una Cámara de Senadores con 60 senadores y una Cámara de Diputados con 130 diputados. Este cambio podría influir en la forma en que se toman decisiones en el Congreso y en la representatividad de los diferentes sectores de la sociedad.

Pero quizás la reforma que más motiva a los actuales congresistas y sus grupos parlamentarios a tentar una reelección es la posibilidad de volver a postular, la cual había sido suprimida previamente por una reforma constitucional promovida por el entonces presidente Martín Vizcarra. Esta medida podría incentivar la permanencia de los mismos parlamentarios en el poder, lo cual podría afectar la renovación de los liderazgos políticos.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en periodos de congreso bicameral, la tasa de reelección tiende a ser menor que la que se presenta en congresos unicamerales. En el último congreso bicameral que tuvimos, de 240 escaños, solo fueron reelegidos 19 parlamentarios. En el escenario del 2026, con cerca de 40 partidos políticos en carrera, las posibilidades de ser reelegidos serán aún más reducidas.

Cierto es que los partidos políticos deben tender a mantener o posicionar a algunos congresistas con liderazgo y buen desempeño, pero deben ser cuidadosos en dicha selección, pues un análisis equivocado lo puede llevar a perder escaños en el nuevo Congreso Bicameral 2026.

Otra reforma que está generando un alto número de candidaturas para las elecciones generales de 2026 es la que permite que los miembros de las planchas presidenciales puedan formar parte simultáneamente de las listas de candidatos al Senado o a la Cámara de Diputados. Esta posibilidad de “doble postulación” brinda a los aspirantes a la Presidencia una mayor visibilidad y opciones de acceder al Congreso, incluso en caso de no ganar la elección presidencial.

En resumen, la reforma electoral de 2026 en Perú plantea tanto oportunidades como desafíos para la dinámica política del país. Si bien la afiliación partidaria previa y la reelección parlamentaria podrían incentivar la permanencia de los actuales congresistas, la implementación del sistema bicameral y la posibilidad de “doble postulación” también podrían generar una mayor renovación de los liderazgos. En este contexto, es fundamental que los partidos políticos y las autoridades electorales trabajen para garantizar la transparencia, la rendición de cuentas y la inclusión de nuevas voces en el Congreso, a fin de fortalecer la representatividad y la calidad de la democracia.