Editorial

Nadie sanciona malos expedientes

Muchos colegios perjudicados:

Las normas del Organismo Supervisor de Contrataciones con el Estado (OSCE), igual que las que maneja la Contraloría General de la República, entre otras instituciones del estado, establecen en forma rigurosa la aplicación de sanciones y penalidades contra las empresas contratistas que no cumplan con la correcta  prestación de un servicio o con la ejecución de una determinada obra pública. En el contexto de las referidas normas, estas faltas, dependiendo de su gravedad,  son merecedoras de sanciones económicas, administrativas y penales.   

Contradiciendo en la práctica lo que en teoría disponen estos dispositivos, y a pesar del  perjuicio que estas faltan ocasionan al país, es decepcionante comprobar que ninguna obra paralizada y asimismo ningún expediente técnico mal elaborado,  sea objeto de una merecida y ejemplar sanción.  Aquí los únicos que resultan burlados y perjudicados son el estado y la población mal llamada beneficiada.

Esto lo estamos viendo no solamente en el caso del colegio Politécnico Nacional del Santa, cuya licitación está próxima cumplir tres años  en compás de espera. Y eso precisamente por culpa de los errores que la Contraloría General de la República ha encontrado en más de una ocasión en el respectivo expediente técnico.  Muy a pesar que desde marzo del 2022 la Sub Región Pacífico ha aprobado el expediente técnico hasta en  tres oportunidades,  lo cierto es que los errores se han mantenido y recién hace unas semanas acaban de ser levantados, según se afirma,  en forma definitiva.

En un drama que se ha vuelto habitual en estos lares y que ha repercutido a nivel nacional, los alumnos, profesores y padres de familia de esta emblemática institución educativa se han visto obligados a protagonizar incontables marchas de protesta y realizar viajes a Huaraz, para exigir ante la sede del gobierno regional el levantamiento de las observaciones del expediente técnico. Con más de 60 años de antigüedad, el local del plantel se viene cayendo a pedazos, y hace ya veinte años ha sido declarado inhabitable por el Sistema de Defensa Civil.

Otro caso, igualmente dramático por decir lo menos,  es el que afecta a la obra de reconstrucción del jardín de la infancia El Paraíso de los Niños, cuyos pequeños alumnos vienen sufriendo un verdadero calvario. Pues a las pocas horas de su inicio, la obra debió ser  paralizada por una razón incuestionable. A menos de un metro de profundidad, los obreros encontraron agua subterránea en abundancia, circunstancia que hace indispensable la colocación previa de pilotes de concreto, un detalle que por desgracia no está contemplado en el expediente técnico.

A mediados del 2022  el expediente fue elaborado y aprobado por la municipalidad provincial del Santa, increíblemente sin que se haya realizado el correspondiente estudio de suelos; lo que nos da una idea de la ligereza con la que se aprueban y licitan obras millonarias. Mientras se tenga que elaborar un nuevo expediente técnico y en tanto se tenga que convocar una nueva licitación pública, los niños y las niñas de este jardín infantil seguirán soportando la incomodidad de asistir a clases como encargados en el local de  otro centro educativo.

Como hemos informado en nuestra edición de ayer, la misma desventura la están padeciendo los alumnos del colegio José Gálvez Egúsquiza del pueblo joven Dos de Mayo. A pesar de disponer del presupuesto requerido, la reconstrucción de este local escolar no tiene ni siquiera fecha de inicio. Desde el año 2020, el expediente técnico contratado por la Sub Región Pacífico, hasta hoy adolece de ocho graves observaciones y sin expediente técnico no hay licitación  que se convoque ni obra que se ejecute.  ¿Tan difícil es aplicar una sanción a los malos expedientes?.