Editorial

Únicamente la unión hace la fuerza

Proyecto Grandes Ciudades:

El pasado  7 de marzo,  durante la inauguración del  moderno colegio nacional Gastón Vidal Porturas de Nuevo Chimbote, la presidenta de la república Dina Boluarte Zegarra hizo anuncio que causó el beneplácito de  las autoridades y público presente. Como telón de fondo de su  intervención, dijo que su gobierno ya tenía asegurado el financiamiento por  1,100 millones de soles para la ejecución  del proyecto de agua potable y alcantarillado denominado Grandes Ciudades, el mismo que está concebido beneficiar  a medio millón de habitantes de los distritos de Chimbote y Nuevo Chimbote.

Sin embargo, cuatro meses y medio después, en su  mensaje a la nación por fiestas patrias, en el que se esperaba al menos una referencia sobre el particular,  la primera mandataria se olvidó por completo del asunto. A lo largo de las cinco horas que duró su kilométrico y soñoliento discurso,  habló de todo, incluso de cosas  triviales e intrascendentes, menos del proyecto Grandes Ciudades; algo que de ninguna manera podía pasar por desapercibido.

No está de más precisar que las promesas y los anuncios presidenciales, así sean verbales, no son palabras que se las lleva el viento.  Por su relación con un tema de tanta incidencia social, como es el servicio de agua potable y alcantarillado, y asimismo por venir de la máxima representante del país, tales anuncios tienen el carácter de  ser un compromiso oficial, con todas las implicancias políticas y de gobierno que eso trae consigo.

Como era de esperar, la ausencia del proyecto Grandes Ciudades en el discurso presidencial ha generado la inmediata reacción de las autoridades locales, quienes aseguran  sentirse defraudadas, aunque no por ello han aceptado quedarse con los brazos cruzados.  La reacción sin embargo se ha producido por separado, cada uno por su lado, lo que debilita severamente toda gestión de esta naturaleza.

Mientras el alcalde Nuevo Chimbote, Walter Soto Campos, ha solicitado una audiencia con la ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento,  Hania Pérez de Cuéllar, para tratar el tema por su cuenta y riesgo,  la congresista por Ancash Nilza Chacón ha ofrecido interponer sus buenos oficios para tratar el asunto al más alto nivel.  Por su parte, el alcalde de la provincia del Santa, Luis Gamarra Alor, ha solicitado por escrito una reunión  con la presidenta de la República  y la ministra de Vivienda, para pedir que el financiamiento del proyecto sea incluido en el Ley de Presupuesto público del 2025, como lo ofreció la primera mandataria.

Como lo hemos sugerido en nuestra edición de ayer,  creemos que ante este comprensible pero nada recomendable escenario, no está bien que cada uno baile con su propio pañuelo. Eso conspira contra toda gestión. Ante un caso como éste, donde hay 500 mil  pobladores de por medio, las autoridades comprometidas necesitan actuar unidas y dejar atrás protagonismos personales.

La necesidad de ejecutar el proyecto Grandes Ciudades está ampliamente justificada y  no necesita de mayores argumentos.  Por ejemplo, tanto en Chimbote como en Nuevo Chimbote, existen zonas en constante expansión urbana donde la necesidad del servicio de agua potable y alcantarillado ha sobrepasado los límites permisibles. Numerosos pozos sépticos construidos en el interior de las viviendas, han colapsado por completo, obligando a las familias afectadas a tener que construir esta precaria instalación en plena vía pública, con toda la amenaza que eso representa  para  la salud y la seguridad del vecindario.

Frente a esta circunstancia, la lógica y el sentido común  aconsejan que la única forma de hacer realidad este problema de saneamiento, es haciendo presión política al más alto nivel, pero en forma conjunta y no por separado. Únicamente la unión hace la fuerza.