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Los impunes del aceite en Chimbote sobrepasan a la APN, SANIPES y Capitanía de Puerto

Reportaje de Sudaca:

Vulneran todas las normas sanitarias en sus embarques de aceite de pescado, y no les pasa nada. No cuentan con licencia de estiva y desestiba, nadie los supervisa, ni fiscaliza, y no les pasa nada. Generan una contaminación cruzada usando la misma tubería en sus embarques, y no les pasa nada.

Han generado derrames de aceite en varias oportunidades, siete trabajadores mueren calcinados en sus instalaciones, y no les pasa nada. Han sido sindicados como testaferros de Odebrecht en el proyecto Olmos, y no les pasa nada. Esta es una increíble historia de una empresa que tiene un ángel milagroso que la protege de cualquier tipo de fiscalización y control, y la libra de toda sanción, tanto en el sector público como en privado, según asegura Juan Carlos Tafur de SUDACA.

Una organización que tiene todas las ventajas posibles para monopolizar el mercado de la exportación del aceite de pescado, mientras que sus competidores son acosados y ajustados todos los días por las autoridades del sector. Un grupo que tiene tantas ventajas y privilegios que son conocidos como los impunes del aceite. 30 de junio del 2024, terminal pesquero de Chimbote, la empresa Colpex realiza un embarque de aceite totalmente precario y defectuoso, vulnerando todas las normas de sanidad, afirma Tafur de Sudaca.

Utiliza una tina de embarque sin autorización, de material corrosible, no herméticos, con un diseño no apto para su limpieza, sin contar con los elementos mínimos necesarios que garanticen la inocuidad del producto. Colpex no cuenta con licencia adhesiva y desestiba, sin ninguna supervisión legal y menos autorización, terceriza este servicio en una compañía que carece del conocimiento y la experiencia necesaria. La autoridad sanitaria exige que las líneas de producción estén separadas para evitar la contaminación cruzada, pero Colpex utiliza una misma tubería submarina para aceite de consumo humano y de consumo animal.

Se les ha denunciado de irregularidades como derrames del aceite hasta en dos ocasiones, de la falta de un sistema antiderrame y también de deficiencias en manipulación y bombeo de aceite. Octubre de 2022, Colpex exporta 551 toneladas de aceite, pero llegan 556 toneladas a su destino. En su proceso de bombeo, este aceite se habría contaminado con otras sustancias o elementos extraños que generaron ese accidente, indica el reportaje.

En 2023, se detectó que Colpex duplicó documentos de control de una forma totalmente irregular. Usaron el mismo documento para sustentar dos exportaciones diferentes. En 2012, siete trabajadores murieron calcinados en los almacenes de Colpex, pero la empresa solo fue sancionada con 55.000 nuevos soles y la obligación de una mínima indemnización a las familias, según el reportaje.

Un informe de Oxfam y la Universidad Católica acusa directamente a Colpex de ser testaferro de Odebrecht en la licitación del Proyecto Olmos. Fueron parte del equipo de Odebrecht y al mismo tiempo asesores técnicos de la Comisión Evaluadora, siendo juez y parte en el proceso que les dio la buena pro. Mientras tanto, otras empresas que no tienen la misma suerte están sujetas a estrictas inspecciones y sanciones de Sanipex.

Colpex no cumple estas exigencias y se le permite operar con total impunidad. No hay equidad en Sanipex que les permita actuar con un trato escandalosamente benévolo. Desde que se inició el embarque de aceite a través del terminal pesquero de Chimbote, Colpex ha emprendido una campaña de demolición y acoso para inhabilitar los embarques de otras empresas a través de este terminal, asegura Sudaca.

Monopolizan el embarque a través de sus propias instalaciones para cobrar precios muy elevados a los clientes que no tienen otra opción que aceptar por no existir otras alternativas en el mercado. ¿Pero cuál es el extraño fenómeno que les permite hacer todo eso sin ninguna consecuencia? El año 1993 en Chimbote, el empresario yugoslavo Milos Lazarevich fundó un grupo empresarial conocido como Colpex, registrado varios rubros, entre ellos la exportación de aceite de pescado, consultoría, construcción, entre otros. Esta empresa ha sabido moverse de una manera sorprendente en la telaraña estatal durante todos estos años, hecho que ha sido confirmado en un informe de la Contraloría General de la República.

El año 2022, Pedro Saravia, otrora asesor de Colpex, fue nombrado presidente de Sanipex por Pedro Castillo. Según sendos reportajes periodísticos, él estaba vinculado a los niños quienes desde el Congreso gestionaron directamente su nombramiento. Saravia colocó a su pareja sentimental Jéssica Barrenechea en la dirección de Habilitaciones y Certificaciones en un abierto acto de nepotismo.

Para sustentar su contratación, utilizaron certificados de trabajo emitidas por empresas del mismo grupo Colpex. Ella se convierte en el nexo directo entre Sanipex y Colpex, a pesar de que la Contraloría ha concluido que no cumplía con los requisitos mínimos para un cargo tan trascendente. Colpex infiltró funcionarios en Sanipex que le asegurarían acciones selectivas de fiscalización contra sus competidores.

Desde allí se inicia una agresiva campaña contra todos ellos para monopolizar el mercado. Por todos estos motivos, Santiago Chanduby Matallana interpuso ante la Dirección de Capitanías y Guardacostas, Autoridad Portuaria Nacional y Autoridad Portuaria Regional, una denuncia contra Colpex. Esta denuncia busca que se inicie un procedimiento sancionador, se ordene la inmediata paralización de sus actividades y se remita copia de los actuados a la Contraloría General de República, asegura Tafur de Sudaca.

Pero lamentablemente y a pesar de todo lo que hemos expuesto en este reportaje, tampoco pasa nada. Ni el Estado ni la Sociedad Nacional de Pesquería, gremio al cual pertenece Colpex, han tomado cartas en el asunto. Es muy necesario que los organismos internacionales como la IFO, que agrupa a los principales exportadores de harina y aceite de pescado, tome conocimiento de esos hechos así como las Certificadoras Nacionales e Internacionales.

Resulta increíble que a pesar de que el gobierno de Pedro Castillo ya ha terminado, este grupo siga actuando con total libertad, violando normas sanitarias y bloqueando directamente a sus competidores. Es por eso que cada día son más conocidos como los impunes del aceite, asegura Sudaca.