Opinión

Perú 2026: La ruleta electoral

Por: Fernando Zambrano Ortiz

Analista Político

Las elecciones generales de Perú en 2026 se perfilan como un escenario complejo y multifacético, marcado por la probable participación de 50 partidos políticos. Este notable incremento en la cantidad de opciones electorales plantea interrogantes cruciales sobre la dinámica del voto y la representación política en el país. Para comprender mejor este contexto, es esencial analizar los datos históricos de las últimas elecciones y las tendencias observadas en la participación electoral.

A lo largo de las últimas cinco elecciones en Perú, se ha evidenciado una notable variabilidad en los porcentajes de votos obtenidos por los partidos más votados en primera vuelta. La tendencia más destacada es la dispersión del voto. A medida que el número de partidos políticos ha aumentado, los porcentajes de apoyo a los partidos más votados han tendido a disminuir.

En 2001, con solo 8 partidos, el primer lugar obtuvo un 36.50% de los votos, mientras que, en 2021, con 18 partidos, ese porcentaje se redujo drásticamente a 15.38%. Este patrón sugiere que a medida que se incrementa el número de opciones, los porcentajes de apoyo a los partidos más votados tienden a disminuir, lo que dificulta la formación de mayorías claras y estables.

Por otro lado, la participación electoral en Perú ha experimentado fluctuaciones significativas a lo largo de las décadas. En el siglo XIX y principios del XX, la participación era notablemente alta, pero sufrió altibajos en períodos de sufragio restringido y procesos electorales cuestionados. En años recientes, la tasa de participación se ha mantenido relativamente alta, con promedios que rondan el 80%. Sin embargo, el aumento en la cantidad de partidos también puede influir en la motivación de los votantes, ya que una mayor dispersión puede llevar a la desilusión y la apatía electoral.

Con la probable participación de 50 partidos políticos en las elecciones de 2026, se espera que los porcentajes de los dos partidos más votados continúen disminuyendo. Aplicando un frio factor de ajuste basado en el aumento del número de partidos, se proyecta en dicho escenario que el primer lugar obtendría aproximadamente 5.53% de los votos, mientras que el segundo lugar alcanzaría alrededor de 3.92%.

Esta situación plantea serias implicaciones para el sistema democrático, ya que podría resultar en un parlamento donde solo un partido logre superar la valla electoral del 5%, limitando así la diversidad y la representación ante el Congreso de la República y generando una situación en la que la segunda vuelta se llevaría a cabo con un solo partido, ya que el segundo no habría pasado la valla y su inscripción sería anulada. Por otro lado, esto podría llevar en el extremo a un parlamento integrado mayoritariamente por representantes de un único partido, lo que limitaría la diversidad y la representación en el Congreso.

Asimismo, la fragmentación del voto podría resultar en la desaparición masiva de nuevos partidos, ya que la voluntad popular expresada en las urnas podría no reflejar la diversidad de opiniones en la sociedad. Sin embargo, esto no significa que estos partidos no puedan volver a inscribirse en futuras elecciones, lo que podría dar lugar a una “ruleta política” que debilita la democracia.

La fragmentación del voto en un sistema electoral puede tener un impacto significativo en la gobernabilidad de un país. A medida que aumenta el número de partidos políticos, la capacidad de formar mayorías estables y efectivas se ve comprometida, lo que puede llevar a una serie de desafíos tanto para la representación política como para la implementación de políticas públicas.

En el otro extremo de este escenario, la polarización política en Perú se ha convertido en un fenómeno cada vez más relevante en el contexto electoral, y su impacto en los resultados de las elecciones generales de 2026 podría ser significativo.

A medida que la sociedad se divide en posturas extremas, la capacidad de los partidos nuevos o pequeños para atraer a un electorado diverso se ve comprometida. Esto podría alterar las proyecciones basadas en estadísticas frías, y en este escenario, la desaparición de una gran cantidad de nuevos partidos sería previsible.

Las elecciones generales de 2026 en Perú representan tanto un desafío como una oportunidad para el sistema político del país. La fragmentación del voto y la creciente cantidad de partidos políticos plantean interrogantes sobre la representación y la gobernabilidad.

A medida que nos acercamos a estas elecciones, será esencial que los partidos políticos se adapten a este nuevo panorama y busquen conectar de manera efectiva con los votantes. Solo así se garantizará una participación activa y comprometida en el proceso democrático, fortaleciendo la democracia peruana en un momento crítico de su historia.