CÉSAR VILLON RUIZ
Queridos hermanos, lector (a); Primeramente, doy gracias a Dios por inspirarme en su palabra, ESPERANZA; también doy gracias al Director del Diario de Chimbote, Señor Wilfredo Peláez Olórtegui, por darnos la oportunidad que en sus páginas se mencione la palabra de Dios nuestro Padre Jehová y de su hijo Jesús, en las sagradas Escrituras la Biblia. Nuestro Dios, “En el principio creó Dios los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ella hay; lo que nuestros ojos ven, nuestras manos cogen y nuestra boca se alimenta, con su poder lo hizo en 6 días y reposó el séptimo día sábado, y que la generación humana en adelante, en su ley de los 10 mandamientos el cuarto mandamiento dice así: “Acordarte haz del día de reposo (sábado) para santificarlo: “6 días trabajaras, y harás toda tu obra. Más el séptimo día (sábado) será reposo para Jehová tu Dios. No hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas”. Nos preguntamos, si la humanidad en el mundo lo guardan el sábado como manda la ley de Dios. Querido lector (a) en todas las iglesia del mundo solamente hay una que respetan y guardan el sábado y llevan como titulo “Iglesia Adventista del Séptimo Día”, donde sus fieles los sábados están presentes en sus iglesias durante el día, como lo estuvo Jesús con sus apóstoles en las sinagogas hace 2 mil años. Dentro de la iglesia se lleva todo en un orden con su pastor, diáconos, y sus fieles, en oración, canticos, lectura Bíblica, con ofrendas y diezmos; asistiendo niños, niñas, jóvenes, mayores y ancianos, todos presentes ante la presencia Espiritual de nuestro Dios Padre Jehová y de su Hijo Jesús que nos dejo su Santo Evangelio. En el titulo en el que me gozo al escribir. “La esperanza que todos esperamos” a ellos me inspiro en la segunda venida de nuestro Jesús, ya no a pisar la tierra, sino lo veremos venir y su presencia en los cielos en forma de nubes, ahí con sus ángeles y al compas de trompeta, levantará a sus fieles y valientes; los primeros en subir a los pies de Jesús son todos aquellos que murieron por su palabra, en los primeros siglos después de la resurrección de Jesucristo, vino el ánimo de todos sus seguidores, de sus apóstoles que después de la muerte resucitaremos todos los que hemos cumplido los Mandamientos de Dios, y los evangelios de Jesús y sus Apóstoles; hacer parte de la Vida Eterna. Jesús enseño a sus seguidores a tener la esperanza a esperar esa paz y esa seguridad completa en la tierra, y orar por ellas en la oración que normalmente se conoce como el padre nuestro, cuando dijo: “Venga a tu reino hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” San Mateo cap. 6:9,10. Entonces nos gustaría vivir en un mundo tan justo como los cielos. Esa es la esperanza que la Biblia ofrece a todo el que se esfuerce sinceramente por conocer a Dios y vivir en concordancia con sus primeros PATRIARCAS, Profetas, Apóstoles y todos en adelante con nuestra familia por que le fuimos fieles a sus palabras dichas desde el Antiguo Testamento, y Nuevo Testamento. Querido lector (a), para ser parte del Reyno de Dios, Jesús nos aconsejó diciendo. “Ustedes tienen que nacer otra vez, que es un requisito indispensable para poder entrar en el reino”. San Juan cap. 3: 5,6,7. Nacer de nuevo es: con el arrepentimiento de nuestros pecados, luego en agua Bautizándonos “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” . eso es todo ser fiel a tu iglesia y amando a tu prójimo. Hermanos, tener fe y esperanza y nos veremos y moraremos por siempre la Vida Eterna. Queridos hermanos, para terminar nuestra esperanza es volver a vernos en el reino de Dios con sus patriarcas, Profetas, Apóstoles y como Rey nuestro Señor Jesucristo. En el Evangelio de San Pablo nos da su palabra de gozo diciendo: gozosos en la esperanza con Cristo en la Vida Eterna. Queridos hermanitos no hay tiempo que perder; El Señor está a las puertas, preparémonos para recibirlo. La Biblia átalas en tu mano como una señal que Amas a Dios y su Hijo Jesús. AMEN