Editorial

Ahora sí, ya no hay tiempo que perder

Politécnico:

Después de tres años de prolongada e injustificada espera, hace cuatro días la Sub Región Pacífico anunció que la elección del consorcio Bellamar como contratista de la obra de mejoramiento y ampliación de la institución educativa Politécnico Nacional del Santa, por fin había quedado plenamente consentida. Con ello la construcción del nuevo local de este emblemático plantel, ya puede ejecutarse, ahora sí,  sin más pérdida de tiempo.

Con más de sesenta años de antigüedad y tras veinticinco años de haber sido declarada inhabitable por el Sistema Nacional de Defensa Civil, la actual infraestructura del colegio  Politécnico, por increíble que parezca,  se encuentra colapsada por completo y en tales condiciones es una amenaza para la integridad de alumnos y profesores. Justamente en marzo del presente año, cuando afortunadamente los alumnos se encontraban de vacaciones, el muro perimétrico del Politécnico se derrumbó por su propio peso.

Sin embargo, dos días después del anuncio hecho por la Sub Región Pacífico, que es la unidad ejecutora de la obra, la Contraloría General de la República ha dado a conocer, con pruebas de por medio, la existencia de algunas observaciones en lo referente al porcentaje de experiencia laboral que están obligadas a acreditar las empresas que conforman el referido consorcio. Según el informe de Contraloría, el porcentaje acreditado por dichas empresas difiere sustancialmente con lo que exigen las normas del OSCE y otros organismos de control.

Estas observaciones, se ha dicho, no necesariamente inhabilitan al Consorcio Bellamar para seguir adelante con la ejecución de  la obra, pero no por ello pueden obviarse,  ni tampoco hacerlas pasar por agua tibia. Estos y otros males, mientras no representen un peligro de vida o muerte, deberán curarse en salud.

Después de toda la vía crucis, que injustamente ha tenido que soportar por más de veinte años, la ejecución de esta obra es una prioridad en toda la extensión de la palabra. La construcción del nuevo Politécnico Nacional del Santa, no puede esperar más tiempo del que ya se ha perdido.

Ya bastante hemos tenido con la kilométrica elaboración del expediente técnico, que comenzó en diciembre del 2020 y debió estar concluido en marzo del 2021. Su culminación y aprobación, recién en junio del presente año, ha dejado en claro no solamente la incapacidad de gestión que pinta de cuerpo entero a la burocracia regional, sino también su inaceptable  indiferencia por el tema de la educación.

En ese sentido, nada en particular tendría el caso del Politécnico Nacional del Santa, sino fuera por el mismo tratamiento que viene dando el gobierno regional de Ancash a la gestión de reconstrucción de otros planteles escolares que tiene  a su cargo. Entre ellos el Santa Rosa de Viterbo  de Huaraz, Santo Domingo de Guzmán de Tauca, etc., obras que, pese al tiempo transcurrido, aún permanecen paralizadas.

Dentro de tres meses, la actual gestión del gobierno regional va a cumplir dos años calentando el asiento, sin haber gestionado ni ejecutado una sola obra de gran envergadura. Pero eso no es todo. Por segundo año consecutivo, esta gestión mantiene a Ancash en el último lugar de ejecución presupuestal, entre todas las regiones del país. Un record que el pueblo ancashino no merece.

Si se lo propone, la construcción del nuevo Politécnico podría empezar a cambiar esta historia. Y para eso, no hay tiempo que perder.