POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA
Cerca de cerrar el 2018, una amañada encuesta de opinión por encargo de dos medios de comunicación de alcance nacional, y a su vez de corte progre, arrojó que el 56% de los entrevistados catapultó al entonces valiente, decidido, defensor de la democracia y del estado de derecho, así como luchador frontal contra la corrupción, José Domingo Pérez, como ilustre personaje de aquél año, por encima del gobernante de turno, Martín Vizcarra Cornejo. Sí, fue una época surrealista. En aquél momento, para ser más preciso a fines de marzo, un debilitado Pedro Pablo Kuczynski fue forzado a renunciar salpicado por los escándalos de corruptela cuando fue ministro bajo el mandato de Alejandro Toledo, y ante los crecientes rumores de compra de votos en el Congreso de la República para evitar su destitución, a cambio del indulto al hoy finado expresidente Alberto Fujimori.
De inmediato, y sin siquiera pensarlo, tomó la posta del Ejecutivo, Vizcarra Cornejo, quien rápidamente olvidó el inicial apoyo de Fuerza Popular, y a través de la Fiscalía, precisamente con Pérez Gómez como rostro visible, encarcelaron a Keiko Fujimori hasta en 3 oportunidades.
Tanto fue el manto de impunidad reinante, que -por un lado- Martín Vizcarra desvergonzadamente reconoció haberse reunido con la contratista Obrainsa para solicitarle una dádiva cuando ocupaba el cargo de GORE Moquegua; mientras que, de otro, un vociferante y envalentonado José Domingo exigía la inmediata destitución de Pedro Gonzalo Chávarry al frente del Ministerio Público, cosa que logró a los pocos meses con la decisión unánime de la Junta Nacional de Justicia.
Pero, como reza el dicho “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”, poco tiempo después la suerte le cambió. Ha sido la propia fiscalía; es decir, sus compañeros de escritorio, quienes lo investigan por el presunto delito de enriquecimiento ilícito; ergo, los números (S/) que egresa (contabilizados por su fastuosa vida como jeque, adquiriendo una camioneta de alta gama, así como un departamento de estreno en una zona acomodada de nuestra capital), no encajan con lo que percibe por concepto de remuneraciones (no llega a los S/ 14 mil). En suma, el otrora héroe sin capa es un privilegiado hacedor de milagros económicos en provecho propio a costa del bolsillo de todos los peruanos. El agravante (dispensando la redundancia del término) es que a la fecha ni el interino Fiscal de la Nación, ni la cuestionada JNJ han emitido declaración alguna sobre el espinoso tema. Bueno, era de prever.
Aunque para ser más precisos, el infortunio ya venía arrastrándolo tiempo atrás. Dos últimos requerimientos de prisión preventiva a la señora Fujimori Higuchi fueron desestimados en sede judicial (primera y segunda instancia). Más aún, la Sala que ventila el sonado caso “cócteles” resolvió alejarlo en parte cumpliendo una sentencia del Tribunal Constitucional que declaró fundado el amparo promovido por uno de los investigados, Arsenio Oré.
Con todo lo reseñado precedentemente, no queda duda que José Domingo Pérez Gómez era rico, y eso no lo sabíamos.