Por todo lo que se puede deducir después de tanto tiempo transcurrido, podemos decir que la historia del Terminal Portuario de Chimbote es un tema ampliamente conocido, pero desde el mismo punto de vista también se puede afirmar que, lamentablemente, esta historia es una lección que no ha sido aprovechada satisfactoriamente.
Desde que la Corporación Peruana del Santa puso en funcionamiento esta infraestructura a comienzos de la década de 1950, no ha sido sino hasta mediados de los años 80, ya bajo la administración de ENAPU-PERU, que el movimiento del Terminal Portuario de Chimbote ocupó el segundo lugar a nivel nacional después de El Callao. Sin embargo a partir de su desdichada transferencia al gobierno regional de Ancash, aquel fatídico 23 de junio del 2011, el Terminal Portuario de Chimbote se ha precipitado en una vertiginosa caída libre que lo ha llevado a tocar fondo, que es donde permanece hasta el día de hoy.
En este momento, bajo la administración del gobierno regional de Ancash, el otrora pujante Terminal Portuario de Chimbote se mantiene en el último lugar del movimiento portuario nacional, aún por debajo de los puertos de la Amazonía. Aunque parezca mentira, gran parte de sus máquinas y equipos permanecen detenidos en el tiempo, pues son los mismos que hace 70 años instaló la Corporación Peruana del Santa. Un caso por demás ilustrativo, es el que ha sucedido con el remolcador “Río Santa”, una embarcación clave para las labores de transporte y acoderamiento que, con el paso de los años y debido a la falta de mantenimiento, terminó malograda y abandonada a la orilla de la playa, convertida en estercolero de las aves marinas.
A pesar de las inmejorables condiciones geográficas que lo rodean, el Terminal Portuario de Chimbote a estas alturas ya no da para más. Conjuntamente con el proyecto de irrigación Chinecas, son dos organismos públicos improductivos, incapaces de cubrir sus propias necesidades y, por si fuera poco, son una carga muy pesada para el presupuesto nacional. En lo que respecta al Terminal Portuario, el ministerio de Economía y Finanzas, a través de la Autoridad Portuaria Nacional, tiene que cubrir todos los meses el pago de personal y la compra de lo indispensable.
Frente este desolador panorama, desde hace dos años se tiene conocimiento oficial de las gestiones que viene realizando la agencia Pro Inversión para lograr la modernización del Terminal Portuario a través de la alianza estratégica con la inversión extranjera, todo ello bajo la modalidad de Iniciativa Privada Autofinanciada (IPA). En un primer momento, fueron hasta cuatro las empresas internacionales interesadas en participar en esta mega operación, dos portuguesas, una brasileña y una turca, cuyos representantes no solo hicieron llegar al gobierno peruano sus respectivas propuestas de inversión, sino también, en clara señal de interés, visitaron el puerto de Chimbote.
A través de un comunicado, del que nos hemos ocupado en nuestra edición del lunes, Pro Inversión ha anunciado oficialmente que la propuesta presentada en el 2022 en el mes de diciembre, ya cuenta con informes favorables, tanto del Ministerio de Transportes y Comunicaciones como del Ministerio de Economía y Finanzas, que la habilitan para hacerse cargo de esta operación. Su propuesta es la inversión de 255 millones de dólares para la modernización y equipamiento del terminal portuario, lo que le permitiría recuperar su capacidad operativa y competitiva.
Añade el comunicado que en el primer trimestre del 2025 se estaría conociendo los términos de la buena pro y en el próximo trimestre se estaría pasando a la etapa de ejecución de la inversión. Ellos no lo han dicho pero esa propuesta presentada es de la empresa turca, Yilport Holding.
Si después de 75 años el Terminal Portuario de Chimbote se mantiene en el fondo de la modernización y competitividad, el anuncio de Pro Inversión es como ver la luz al final del túnel, la tabla de salvación que el terminal está esperando para salir a flote.