Su acompañante se lo había hurtado:
Un vigilante ebrio reclamó la devolución de su teléfono celular robado en una picantería de Casma efectuando disparos al establecimiento donde había estado libando cerveza.
Ocurrió en horas de la tarde en el local “La Fogata” donde el vigilante departía con otras personas el consumo de cerveza y todo transcurría tranquilo hasta el momento que se percató que no tenía su celular.
Empezó a buscar su equipo telefónico y no lo encontraba y responsabilizó del hurto a su acompañante, un homosexual de nombre Katsumi quien en todo momento negó haberlo sustraído. Luego preguntó y reclamó a las meseras, pero tampoco le dieron razón.
Esto molestó al parroquiano quien en medio de lisuras y amenazas se retiró de local para volver minutos después con un arma y efectuar disparos desde la calle a la picantería causando zozobra entre los asistentes y los transeúntes de la calle.
El iracundo sujeto efectuó cinco disparos que penetraron al interior del establecimiento y una de las balas llegó a rozar el cuerpo de una de las meseras. Fugó a bordo de una moto taxi de color azul cuyas imágenes quedaron grabadas en una cámara de vigilancia particular.
Fuentes confiables indicaron que tras los disparos los propietarios de la picantería interrogaron a la tal Katsumi sobre el celular y terminó por confesar que lo tenía en su poder. Fue intervenida por efectivos policiales de la comisaría donde entregó el equipo móvil.
Sobre el autor de los disparos hasta el cierre de esta edición se desconoce su paradero, sin embargo, fuentes confiables indicaron que se trata de un joven que a la edad de 14 años sufrió el impacto de un disparo a nivel de la garganta.
En Casma algunos periodistas recuerdan que el disparo recibido en la garganta fue efectuado por delincuentes cuando salió en defensa de su padre que era víctima de robo armado. El impacto de bala en la garganta casi le cuesta la vida y se tuvo que efectuar una especie de Teletón para recaudar fondos y ayudarlo a costear la operación.
El autor de los disparos es vigilante y trabaja para una empresa de construcción en dicha ciudad. En tanto se conoció también que el establecimiento donde ocurrieron los hechos es el mismo que meses atrás fue clausurado por el escándalo que generaba con la música y el baile de mujeres semidesnudas sobre la mesa.