Editorial

Chimbote, un puerto de nueva esperanza

En una larga entrevista sostenida con el periodista Wilfredo Peláez Olórtegui, director del Diario de Chimbote, el  alto funcionario de Pro Inversión Ernesto Guevara Kjuro,  Director de Proyectos Portuarios de este organismo del Estado, ha brindado explicaciones muy ilustrativas acerca del nivel de avance en el que se encuentra el proceso de concesión del Terminal Portuario de Chimbote, ahora catalogado como Puerto Internacional de Chimbote.

El alto funcionario de Pro Inversión ha explicado con toda claridad que, siguiendo los mismos pasos que se han dado en otros puertos del litoral peruano y que ya han sido concesionados, el proceso de concesión del puerto de  Chimbote está en la obligación de cumplir cinco etapas fundamentales, como lo establecen los parámetros de la inversión internacional. Estas etapas son: planeamiento, formulación, estructuración, transacción y ejecución.

En efecto, es del caso precisar que este procedimiento es el mismo que se ha seguido para la concesión de los puertos de  Matarani, Salaverry, Paracas, Muelle Sur, Muelle Norte  y últimamente Marcona. Según Guevara Kjuro, estas concesiones se han otorgado sin ningún problema y actualmente la mayoría están operando y Marcona se encuentra en la etapa de ejecución.  En este momento, el proceso de concesión  del Puerto de  Chimbote se encuentra en la etapa intermedia de estructuración, lo que significa que ya dio dos pasos adelante y que solo le faltan dos.

Tras dos años de haber lanzado Pro Inversión la oferta internacional para concesionar el puerto de Chimbote, han sido dos empresas extranjeras que formalizaron su interés de participar en dicho proceso, como son el Holding Yildirin, de Turquía y Mota Engil de Portugal.  El primer proponente presentó una oferta de 180 millones de dólares,  pero el estado peruano luego del estudio de demanda realizado puso condiciones y subió la propuesta hasta  250 millones de dólares.

De acuerdo con los plazos y procedimientos establecidos,  la concesión del Puerto de Chimbote deberá quedar oleada y sacramentada en abril del 2025, dentro de tan solo cinco meses. A partir de allí hay un plazo de 90 días para que la segunda opción haga su presencia. Si lo hace entonces se establece un concurso, entre ambas. Esta es una eventualidad que a más tardar se estaría produciendo en el mes de junio, lo que quiere decir que, de todas maneras, dentro de siete ú ocho meses el Puerto Internacional de  Chimbote empezará a ejecutarse, previa firma del contrato.

En medio de toda expectativa que ha generado esta gestión pública, destaca una noticia relevante. El 3 por ciento de las utilidades que genere el Puerto de Chimbote serán destinados a un Fondo Social en beneficio de la población, cuya administración estará a cargo de un ente autónomo con personería jurídica. Por primera vez, los beneficios que genere el puerto de Chimbote irán directamente a un sector de la población.

Después de toda el agua turbia que ha corrido bajo el muelle del terminal portuario a lo largo de los últimos setenta años, ya era hora que las aguas de la transparencia traigan consigo  una nueva esperanza para Chimbote.