Cierto. Al interior de Chinecas pueden suceder las cosas más inverosímiles y, lo que es peor, pueden permanecer mucho tiempo ocultas o en el más absoluto silencio, sin que la ciudadanía se dé por enterada. Estas cosas, que son interés general, solo pueden trascender a la opinión pública, no a través de una información oficial de parte de Chinecas, sino a través de la prensa.
El año 2020 los organismos encargados de llevar adelante el mega proyecto P-TAR II, acordaron formalmente con Chinecas la adjudicación de un terreno ubicado a inmediaciones de la playa Atahualpa para la construcción en ese lugar de la planta de bombeo que forma parte del proyecto de saneamiento. Por consiguiente, era de esperar que, en cumplimiento del compromiso asumido, Chinecas mantuviera la intangibilidad del mencionado terreno, impidiendo que sea destinado para cualquier otro fin. Estaba de por medio su palabra empeñada.
Han pasado cuatro años desde entonces y recién el viernes de la semana pasada se ha podido conocer in situ que el terreno se encuentra invadido por traficantes de tierra, quienes han tenido la osadía de cercarlo con un muro de material noble como si fuera un terreno de su propiedad. Aún así, en ningún momento los funcionarios del proyecto Chinecas se dieron por enterados del asunto y, si llegaron a conocerlo, sencillamente prefirieron guardar silencio. Tampoco tuvieron la elemental cortesía de poner el hecho en conocimiento del P-TAR II y menos fueron capaces de iniciar el proceso legal de desalojo.
Es desconcertante comprobar que, para la gente que labora en Chinecas, el avance del P-TAR II carezca de toda importancia, así esté de por medio el mejoramiento de los servicios de agua potable y alcantarillado de más de medio millón de habitantes de Chimbote y Nuevo Chimbote. ¿Dónde quedan la coordinación y los compromisos formalmente asumidos?.
Es imposible aceptar que en tiempo transcurrido, los funcionarios del proyecto irrigador no hayan podido advertir semejante ocupación ilegal. ¿A qué se dedican u en qué andan pensando?. Aquello de que estas cosas suceden como consecuencia del continuo cambio de gerentes y funcionarios, en realidad es una excusa infantil. El estado situacional de las tierras de Chinecas no solamente está graficado en planos e informes físicos y digitalizados, de los que se puede tener conocimiento en menos de un par de horas. Por lo demás, basta con un breve recorrido para confrontar la realidad.
Pero como en Chinecas todo puede suceder, en lugar de elegir el camino correcto del desalojo de los invasores y la destrucción del cerco perimétrico, ya que se trata de una ocupación ilegal, los funcionarios del proyecto irrigador han optado por la alternativa del comodín, vale decir cruzarse de brazos y dejar hacer, dejar pasar.
Según ha trascendido, y con el fin de no retrasar el avance del P-TAR II, se va a destinar otro terreno colindante para la planta de bombeo. Al final, como siempre, el estado carga con los muertos y heridos, en tanto que los invasores quedan felices y contentos. Con razón, hasta hoy no se ha vuelto a tocar el tema de los invasores quienes tienen en su poder más del 50 por ciento de las tierras del proyecto, lo que hace imposible hablar de su ejecución.