Hace cuatro años, cuando se conmemoró el Bicentenario de la Independencia Nacional, llamó poderosamente la atención que el gobierno central no celebrase este acontecimiento con la solemnidad que el caso merecía. No se construyó ningún monumento conmemorativo que permitiera perennizar en la memoria de los peruanos este acontecimiento que solo sucede cada cien años. Con excepción del desfile militar de fiestas patrias que se realiza todos los daños y un brindis de honor en Palacio de Gobierno, la cosa no pasó para más.
Muy distante estuvo la celebración del primer centenario de la independencia, que tuvo lugar el 28 de julio de 1921, bajo el mando del presidente Augusto B. Leguía. Diez años antes, el gobierno formó una comisión del más alto nivel que, entre otras realizaciones, ha dejado para la memoria de todos los peruanos la emblemática Plaza San Martín.
Por tal motivo, es de temer que lo mismo suceda el próximo lunes 9 de diciembre, cuando se cumpla el Bicentenario de la Batalla y Capitulación de Ayacucho, gesta que consolidó en todos sus extremos la independencia nacional con la rendición incondicional del ejército español. Para decirlo sin dudas ni titubeos, se advierte en todo esto la pérdida del sentimiento de identidad nacional.
Como ya se ha planteado en infinidad de ocasiones, una de las causas de esta indiferencia con los valores patrios es en gran parte la eliminación del Servicio Militar Obligatorio y asimismo el retiro en la currícula escolar del curso de Instrucción Pre Militar. Como se recuerda, la toma de estas dos erráticas decisiones fue promovida desde el Congreso por los representantes de los partidos de izquierda que de esa manera abonaron el camino para la quiebra de la institucionalidad del país.
Fue precisamente esta quiebra institucional la que sirvió a continuación para que militantes del MRTA y Sendero Luminoso, ingresen como Pedro en su casa a los colegios y universidades para difundir la ideología del odio entre los peruanos y la destrucción del país. Con la eliminación del Servicio Militar Obligatorio y del curso de Instrucción Premilitar, la mesa quedaba servida para el envenenamiento ideológico de niños y jóvenes lo mismo que para la voladura de centrales hidroeléctricas, torres de alta tensión y a matanza de peruanos inocentes
En diversos sectores de opinión, ha causado gran expectativa la presentación en el Congreso de la República de dos proyectos de ley para restituir el Servicio Militar Obligatorio. Razones no faltan. Ante la falta de medios económicos y la creciente deserción escolar, son muchos los adolescentes que en este momento están siendo captados por la redes delincuenciales y que están cayendo en el consumo de drogas.
La alternativa que se está manejando es incorporar a estos jóvenes al servicio militar, donde además podrán concluir sus estudios de secundaria y seguir una carrera técnica. Aparte del cultivo de valores, la formación militar ahora está orientada a preparar los jóvenes para construir una nación en paz.