Chinecas y su doble discurso:
En nuestra edición de ayer hemos informado ampliamente acerca de la mesa de trabajo que han sostenido el ministro de Agricultura, Ángel Manero Campos, y el titular del gobierno regional de Ancash, Fabián Koki Noriega Brito, en busca de afianzar el avance de las gestiones para llevar adelante la ejecución del proyecto de irrigación Chinecas. Pues éste es el único proyecto de desarrollo sostenido que tiene en sus manos la actual administración regional pero que a dos años de haber iniciado su gestión, se mantiene en la misma o peor situación que antes.
Por otro lado, salvo que hayamos perdido por completo el sentido de la objetividad, se nos ocurre que la fotografía en la que aparecen ambos personajes, es una muestra del doble discurso en el que siempre aparece envuelto el proyecto Chinecas. Lo reiteramos, salvo que estemos totalmente equivocados, la fotografía no expresa la solemnidad de quienes han arribado a un acuerdo de gobierno del más alto nivel, sino la espontaneidad de quienes parece están celebrando un buen chiste.
En la referida mesa de trabajo se acordó que será el Gobierno Regional de Ancash quien se encargue de gestionar el financiamiento de Chinecas mediante la modalidad de gobierno a gobierno, pero eso dependerá que el estudio de factibilidad del proyecto sea elaborado y aprobado a más tardar en marzo del 2025, vale decir dentro de tres meses. A su vez, eso permitirá que a más tardar en julio del próximo año se lance el concurso internacional para elegir al país interesado en compartir con el gobierno del Perú la ejecución del proyecto. Hasta ahí, todo bien, todo perfecto.
Sin embargo, frente a todas las gestiones que se vienen realizando con este objetivo, lo que sucede al interior del proyecto Chinecas no se condice con estas buenas intenciones. Hace unos días el Diario de Chimbote reveló que el terreno donado por Chinecas para la instalación de la planta de bombeo del P-TAR II junto a la playa Atahualpa, no solo había sido invadido sino también cercado con un enorme muro de ladrillo y cemento.
Aún así, cuando se daba por descontado que el procurador regional y los abogados del proyecto iban a proceder con el desalojo del o de los invasores, nos dimos con otra ingrata sorpresa. Los funcionarios del proyecto Chinecas, acordaron donar otro terreno vecino para la planta de bombeo, con lo que, explícitamente, se daba por validada la preferencia de los invasores. Esa debe ser la explicación por la que varias empresas inmobiliarias han colocado enormes carteles publicitarios ofreciendo a la venta lotes de vivienda ubicados en terrenos de propiedad de Chinecas y que se hallan en las inmediaciones. ¿Todo esto va a figurar en el estudio de factibilidad o será parte de otro discurso?.
A 37 años de su creación, algo nuevo tiene que suceder con Chinecas si es que queremos que salga de su marasmo, empezando no solamente con el cambio de la gente que lo mantiene atado al pasado sino también con un necesario cambio de mentalidad. Es mejor aceptar la realidad por dura que ésta sea. El ilusionismo solo crea desilusión.