Opinión

La paradoja de la emigración peruana

Por: Fernando Zambrano Ortiz

Analista Político

Durante el gobierno de Alberto Fujimori, a pesar del contexto de terrorismo y violencia que azotaba al país, la emigración de peruanos era relativamente baja. Sin embargo, tras su salida del poder, el número de peruanos que decidieron abandonar el país sin intención de regresar se multiplicó exponencialmente. Este fenómeno plantea interrogantes sobre las condiciones que han llevado a tantos ciudadanos a buscar un futuro en el extranjero.

A lo largo de los años 90, Perú experimentó reformas significativas que resultaron en una notable reducción de la pobreza y un crecimiento económico acelerado. Sin embargo, después de los 90s, a pesar de estos avances, la cantidad de peruanos que optaron por emigrar aumentó exponencialmente. ¿Qué ha sucedido desde entonces? Hemos sido testigos del resurgimiento del narcoterrorismo, un aumento en el gasto público populista, gobiernos ineficaces y crisis políticas continuas, muchas provocadas por una izquierda que fue derrotada tras la caída de sus líderes.

La pregunta que surge es: ¿cómo se puede explicar esta paradoja? La discrepancia entre el crecimiento económico y el aumento de la emigración plantea serias dudas sobre la capacidad del Estado y de los gobiernos sucesivos para proporcionar estabilidad y oportunidades a su población. A pesar de las cifras positivas en términos de desarrollo, muchos ciudadanos sienten que las condiciones de vida no han mejorado lo suficiente. Esta percepción de estancamiento y desilusión impulsa a muchos a buscar un futuro más prometedor en el extranjero.

La situación actual es un reflejo de una crisis más profunda. La emigración no solo es un síntoma de problemas económicos; también es un indicador del descontento con la calidad del liderazgo político y la falta de confianza en las instituciones. A medida que más peruanos abandonan el país, se hace evidente que las soluciones deben ir más allá del crecimiento económico superficial. Es fundamental abordar las causas subyacentes que impulsan esta migración masiva.

El próximo gobierno tiene una tarea pendiente: crear un entorno donde los peruanos sientan que pueden prosperar sin tener que abandonar su hogar. Esto implica no solo mejorar las condiciones económicas, sino también fortalecer las instituciones y garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a oportunidades equitativas.

En conclusión, la emigración peruana es un fenómeno complejo que requiere una atención seria y urgente. No podemos permitir que el crecimiento económico se convierta en una mera estadística si no se traduce en mejoras tangibles en la vida de los ciudadanos. Es hora de que el Estado asuma su responsabilidad y trabaje para construir un futuro donde cada peruano pueda encontrar su lugar sin necesidad de buscarlo en tierras lejanas.