Imposible detenerlos:
En la víspera de Año Nuevo, el centro de Chimbote se vio nuevamente invadido por comerciantes ambulantes que ocuparon los jirones Manuel Ruiz, Leoncio Prado y Espinar.
Decenas de puestos improvisados aparecieron desde temprano, ofreciendo todo tipo de productos para las celebraciones de fin de año, desde alimentos hasta ropa y adornos festivos.
La presencia de los ambulantes, aunque responde a la alta demanda de la temporada, ha generado malestar entre algunos vecinos y transeúntes debido a la congestión y desorden en las principales arterias de la ciudad.
Además, surge la preocupación por el manejo de los residuos que suelen quedar tras estas actividades.
“Esperamos que este año los comerciantes ambulantes sean responsables y recojan sus residuos. Es frustrante ver cómo las calles quedan sucias después de cada evento importante”, señaló un vecino del jirón Manuel Ruiz.