Editorial

Sorpresas de una elección

Gobernador Koki Noriega:

El viernes de la semana pasada,  mientras aquí en Chimbote  la presidenta de la República Dina Boluarte presidía en Chimbote la ceremonia de lanzamiento de las patrulleras marítimas “Río Nepeña “ y “Río Huarmey”, en la ciudad de  Lima el gobernador regional de Ancash Fabián Koki Noriega Brito era elegido presidente de la Asamblea  Nacional de Gobernadores Regionales.

En tanto que el primero de estos acontecimientos estuvo anunciado con varios días de anticipación,  el segundo de ellos, la elección de Koki Noriega,  ha causado más de una sorpresa entre propios y extraños. Y no es para menos. No obstante que la presidencia de la ANGR es  en el fondo un cargo de intermediación, que duplica esfuerzos en la relación entre el ejecutivo y los gobiernos regionales, no por ello deja de  deja de tener cierta relevancia política.

Por otro lado, es muy significativo que por primera vez la asamblea de gobernadores regionales sea presidida por un ancashino. Durante los últimos veinticinco años, cada vez que un gobernador ancashino hacía noticia nacional siempre ha sido por graves hechos de corrupción y  serios problemas con la justicia.

De ahí que la necesidad de ser imparciales en el ejercicio de nuestra crítica constructiva, nos impone tratar este tema desde todos sus puntos de vistas. Para comenzar,  la región Ancash no goza en este momento de una imagen de gestión satisfactoria. Por segundo año consecutivo, precisamente bajo la gestión de Koki Noriega,  ha ocupado el último lugar de ejecución presupuestas con tan solo el 40 por ciento, en tanto que se mantiene a la cabeza del índice de corrupción nacional.

De otro lado, desde el 17 de diciembre a la fecha han transcurrido veinticuatro días desde que el gobierno regional de Ancash hizo entrega de 100 camionetas policiales para las diversas comisarías de la región, sin que hasta hoy estos vehículos puedan entrar en funcionamiento debido a fallas garrafales en la documentación como resultado de un apresuramiento, según se comenta, con fines políticos. Veinticuatro días perdidos, en la lucha contra la delincuencia y la inseguridad ciudadana es imperdonable.

Lo único es que podía estar detrás de la sorpresiva elección de Koki Noriega como presidente de la ANGR,  es una estrategia con trasfondo político de cara a las próximas elecciones generales, regionales y municipales y no precisamente resultado de una meritocracia.  Como todo el mundo sabe, en política todo es posible.