Editorial

Las deficiencias del hospital El Progreso son responsabilidad del PRONIS

Todo lo que sucede con la construcción del hospital El Progreso, que se inició en julio del 2021 y que hasta ahora se han producido dos licitaciones, por lo que en estos momentos tenemos al segundo contratista, es producto de los desatinos, deficiencias provocadas, por decir, adrede de la entidad ejecutora, como es el PRONIS.

En la actualidad, la obra tiene en construcción cinco pisos y con un contratista que firmó un contrato para la edificación, pero no para abastecer y proveer los equipos médicos de alta tecnología que debe tener este hospital.

Solo faltaba eso, era la raya al tigre que faltaba, porque aquí pasó de todo, desde esas acciones que son evidentemente adrede, hasta aquellas ineficientes, deficientes y con poco conocimiento de la gestión pública, sino también se puede analizar que hubo dolo para poder entender estos resultados que tenemos hoy en día, casi cuatro años después de iniciarse las obras.

No debemos olvidar que este último contratista no presentó las garantías que exige la Ley de Contrataciones del Estado. Es más, el contrato que la Contraloría señala como precipitado, fue resuelto en agosto del 2023, pero como el contratista puso un arbitraje, al final el PRONIS se allanó y ese bendito contrato siguió teniendo vigencia, por la sencilla razón que la población necesita el hospital.

Por eso continuaron, por eso ellos siguen al frente de la obra y debemos tener en cuenta que no son una empresa especialista en hospitales y los horrores del expediente técnico los detectan, cuando las obras se terminan.

La responsabilidad total de lo que sucede es del PRONIS y lógicamente de los funcionarios que permiten la violación de las normativas vigentes y que tienen artificios para separar estas circunstancias, como cuando dicen “se necesita la obra, el pueblo necesita el hospital”, con esa monserga logran sus objetivos y ese contrato sigue vigente.

Este nuevo caso que hemos dado a conocer, sobre los equipos que no están considerados en el contrato del consorcio que ejecuta y que la Contraloría detectó,  que no hay planos de puntos de instalación y todo lo que eso implica. La responsabilidad total es del PRONIS, que ha confirmado que es un ente ineficiente, burocratizado y que no debe continuar como ejecutor de infraestructura de un ministerio. No más PRONIS.