Por: Walter Miguel Quito Revello
¿Qué está pasando en la Corte Superior del Santa? Que ingresan a su institución con payasitos, queques, festejos. ¿Buscaban la validación de una jueza? ¿Es un caso particular? O nos enrostra en la cara lo podrido que está, el Estado de la cual nuestra Corte Superior no es ajena.
El hecho ocurrió el 11 de abril de 2025, al promediar las 12:30 p.m., en horario laboral, en donde el juez superior Dwight Guillermo García Lizárraga, entonces presidente de la Primera Sala Laboral Permanente de la Corte, organizó una celebración de cumpleaños para la jueza supernumeraria del Segundo Juzgado de Paz Letrado Laboral Rosa Isabel Torres Cadillo, en plena jornada laboral. El acto tuvo lugar en la Sala de Audiencias del quinto piso de la sede judicial. El despreciable hecho, contó con la participación de al menos 21 trabajadores de la Corte. Entre los asistentes se encontraban el Juez Supernumerario del Tercer Juzgado de Paz Letrado Laboral Fred Pesantes Llontop y la jueza Supernumeraria del Quinto Juzgado Especializado en lo Labora Evelyn Teófila García Solórzano. Según fuentes periodísticas.
Si bien es cierto, la Corte Superior del Santa, reaccionó de inmediato separando algunos funcionarios no ha sido del todo claro a la hora de informarnos sobre los hechos que ocurrieron ese día. El presidente de la Corte en una entrevista a su medio institucional a sancionado el hecho pero ha minimizado el hecho refiriendo: “(…) en horas de trabajo jueces y servidores del sector laboral se han permitido realizar un cumpleaños afectando la imagen del poder judicial y ocasionando malestar en la comunidad (…)” Y lo que se sabe mayormente, es por fuentes periodísticas que se trataba de la celebración del cumpleaños de la jueza Rosa Isabel Torres Cadillo por parte del juez superior Dwight Guillermo García Lizárraga en donde participaron variaos funcionarios judiciales. “Rasgarse las vestiduras” sin ser claros en la información no ayuda a la imagen de la institución que preside.
Pero para el reproche social que era esa acción de celebrarle el cumpleaños a una jueza por parte de un juez superior. Una galantería como acción o expresión obsequiosa, cortesana o de urbanidad o simplemente un cumplido. A todas luces inmoral aprovechándose de sus cargos y en horas de trabajo, que iría contra el artículo siete de la Ley Nº 27815, Ley del Código de Ética de la Función pública que indica: “El funcionario o servidor público debe proteger y conservar los bienes del Estado, debiendo utilizar los que le fueran asignados para el desempeño de sus funciones de manera racional, evitando su abuso, derroche o desaprovechamiento, sin emplear o permitir que otros usen los bienes del Estado para fines particulares o propósitos que no sea aquellos para los cuales hubieran sido específicamente destinados” Pero pesando con la misma vara deberían ser perseguidos por el delito de peculado de uso, que persigue el artículo 388° del Código Penal “ El funcionario o servidor público que, para fines ajenos al servicio, usa o permite que otro use vehículos, máquinas o cualquier otro instrumento de trabajo pertenecientes a la administración pública o que se hallan bajo su guarda (…)”.
El caso quedo claro en el recurso de nulidad 1637-2017, Cañete, en donde a un servidor jurisdiccional se le confiere una computadora para su trabajo de notificación y el servidor le da otro uso realizando escritos personales por lo que fue sentenciado. Los ambientes del poder judicial fueron cedidos para trabajar, para audiencia y no para celebrar cumpleaños. Se cumplirá el refrán “Otorongo no come otorongo” o los jueces serán medidos con la misma vara que a un funcionario jurisdiccional. ¿Qué están haciendo los otorongos fiscales de la provincia del Santa? Su trabajo no es solo perseguir borrachitos y pegalones sino también los hechos que desangran nuestra provincia en donde se hacen los ciegos.
El pueblo está cansado de un Congreso proxeneta, de ministros calentones que aprovechan su cargo para tener sexo con jovencitas “Caso Yasire Pinedo”, de jueces que mantienen relaciones sexuales con demandada juez Wilbert Quispe Ramos. Y en nuestra Corte de jueces bailarines con aires de galante. No es el único caso de funcionarios públicos que se reúnen en sus centros de trabajo y celebran cumpleaños. Pero aquí se trata de jueces que conocen el derecho e imparten justicia.
Es la oportunidad señor presidente de la Corte Superior del Santa de marcar la diferencia de anteriores gestiones. De premiar a los buenos jueces. De ascender a los trabajadores jurisdiccionales como jueces supernumerarios no por su pateria o buena proporción física sino por sus conocimientos. De jueces que no sean la mesa de partes o los secretarios de los fiscales. Que existan de verdad, en la práctica juzgados de investigación preparatoria. Hay tanto por hacer en nuestra Corte para tener resoluciones justas con jueces probos y no inmorales que mandan a sus secretarios a proyectar sentencias que te producirán resoluciones injustas. Necesitamos que su voz no sea temblorosa como en su última declaración. Y que si se va rasgar la vestidura que sea frontal contra la corrupción. Todo depende de usted para cambiarle el rostro a nuestra Corte Superior del Santa y su nombre quede perennizado en la historia de nuestra provincia.