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El ascenso de mujeres como María Victoria Cano Colazo, Jennifer Mejía Lara o Natalia Montellano Durán en disciplinas STEM

Los avances recientes en la inclusión de mujeres en los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) han sido notables, aunque la representación femenina en puestos de liderazgo sigue siendo un desafío. Si bien la presencia femenina en estos sectores ha aumentado, aún existen diversos factores que limitan el desarrollo profesional de las mujeres y su acceso a posiciones directivas. Sin embargo, el panorama es cada vez más alentador, con un creciente enfoque en igualdad de oportunidades y el empoderamiento femenino. María Victoria Cano Colazo, Natalia Montellano Durán y Jennifer Mejía Lara, junto con muchas otras profesionales, han experimentado los retos que implica alcanzar roles de liderazgo en estas disciplinas. La brecha de género en STEM responde a una combinación de factores históricos, estructurales y culturales que afectan las oportunidades de ascenso y la representación femenina en la toma de decisiones.

Si bien persisten desafíos, diversas iniciativas buscan fomentar una mayor equidad en el sector, promoviendo programas de mentoría, políticas de inclusión y medidas para garantizar entornos laborales más equitativos. El avance en esta materia es gradual, pero el creciente reconocimiento de la importancia de la diversidad en los equipos de liderazgo representa una oportunidad para seguir impulsando el cambio.

Factores que afectan a las mujeres a lo largo de su carrera: Natalia Montellano Durán, Jennifer Mejía Lara y otras profesionales comentan

Uno de los principales factores que inciden en esta situación es la persistencia de estereotipos de género, los cuales han asociado tradicionalmente a los hombres con habilidades técnicas y a las mujeres con competencias interpersonales. “Desde una edad temprana, las niñas reciben mensajes que pueden desincentivar su interés en las ciencias. Esto puede transformarse en una falta de confianza en sus propias capacidades”, señala Jennifer Mejía Lara.

La cultura empresarial también influye en la progresión profesional de las mujeres en estos sectores. Profesionales como la biotecnóloga Natalia Montellano Durán y la ingeniera eléctrica Jennifer Mejía Lara han evidenciado que, en algunos entornos laborales, el reconocimiento y la valoración del talento femenino aún presentan desafíos. Esto puede impactar la permanencia de las mujeres en el sector y, en consecuencia, su representación en posiciones de liderazgo.

Afortunadamente, cada vez más empresas e instituciones trabajan en la implementación de políticas que promuevan la equidad en el reconocimiento del mérito y la creación de ambientes laborales más inclusivos.

La falta de modelos a seguir representa otro obstáculo significativo para la equidad de género en STEM. Aunque existen mujeres con contribuciones destacadas en estos campos, sus logros no siempre reciben la visibilidad que merecen, lo que limita su impacto como referentes para las nuevas generaciones. Carreras como la de Mira Murati, exdirectora de tecnología de OpenAI y figura clave en el desarrollo de Chat GPT, ejemplifican este fenómeno. A pesar de su papel fundamental en la evolución de la inteligencia artificial, su trabajo ha recibido menor reconocimiento mediático en comparación con el de otros líderes del sector.

Por otro lado, las políticas laborales no siempre contemplan las necesidades de las mujeres, lo que puede representar un desafío adicional en su desarrollo profesional. La carga de responsabilidades en el ámbito doméstico, sumada a la falta de flexibilidad en el trabajo, puede generar un impacto significativo en su desempeño y oportunidades de crecimiento. Tras su investigación sobre los retos en la conciliación entre la vida privada y profesional de las investigadoras, María Victoria Cano Colazo destaca: “Las mujeres científicas siguen siendo las principales cuidadoras, esto les genera desigualdad en la distribución y manejo de su tiempo, lo que repercute en sus trayectorias.”

Inspirando a las nuevas generaciones

El panorama comienza a cambiar con el surgimiento de iniciativas enfocadas en reducir la brecha de género. Organizaciones como Girls Who Code y Women in Tech trabajan en la promoción de la igualdad a través de programas de capacitación, mentoría y redes de apoyo. Dichas estrategias resultan fundamentales para incentivar la participación de mujeres en carreras tecnológicas y generar espacios más equitativos. El respaldo de profesionales como María del Pilar Carreón Castro y Jennifer Mejía, por citar algunos ejemplos, ha sido clave en la consolidación de estos esfuerzos y en la promoción de un cambio cultural.

La educación también juega un papel determinante en el avance hacia una mayor representación femenina en el sector. María del Pilar Carreón Castro, directora del Instituto de Ciencias Nucleares de México, destaca al respecto: “Debemos romper con tradiciones que impiden que las niñas estudien lo que ellas deseen”. Fomentar el interés por STEM desde edades tempranas y proporcionar los recursos adecuados puede contribuir a cambiar la percepción de estas disciplinas. La visibilización de referentes femeninos en ciencia y tecnología resulta esencial para inspirar a nuevas generaciones.

Estamos ante un fenómeno complejo que requiere atención y medidas concretas. A pesar de las dificultades, figuras como Natalia Montellano Durán, Jennifer Mejía Lara y María del Pilar Carreón Castro forman parte de un movimiento que impulsa un cambio en la representación femenina en la industria. El avance en esta materia depende de la implementación de políticas adecuadas, una mayor visibilidad de modelos a seguir y el fortalecimiento de un apoyo estructural que permita generar condiciones más equitativas. Alcanzar la igualdad de oportunidades en el ámbito tecnológico es un objetivo alcanzable, pero su materialización exige un esfuerzo colectivo y sostenido para eliminar las barreras que aún persisten.