Opinión

Primero de Mayo

Por: Walter Miguel Quito Revello

A puertas de celebrar el primero de mayo le doy la razón a Manuel Gonzales Prada, que en 1907 hizo una reflexión sobre el día del trabajador, en donde refería que celebramos el día de la esclavitud. Han pasado más de 100 años y su reflexión se mantiene vigente.

El primero de mayo, es el Día Internacional del Trabajador en conmemoración de la sangrienta represión que sufrieran los obreros de la fábrica McCormick, durante varios días de abril y mayo de 1886, en la ciudad de Chicago. En aquellos años la jornada de trabajo podía extenderse hasta más de 16 horas de ahí nace la “Noble Order of the Knights of Labor” (Noble Orden de los Caballeros del Trabajo) que agrupaba a la mayor parte de los asalariados y llevaba adelante una sostenida campaña para lograr que la jornada laboral se limitara a 8 horas y muchos empresarios acataban por temor a las huelgas. Pero, los dueños de McCormick no aceptaron el cambio. Por lo que sus trabajadores paralizaron en los alrededores de la fábrica. La empresa recurrió a la policía, que los disperso a balazos causando numerosos muertos y heridos el primero de mayo. Lo mismo sucedió el dos y tres de mayo. El cuatro de mayo se concentraron y volvieron a sufrir la violencia de la caballería policial. En medio del caos, estalló una bomba. Este hecho, históricamente conocido como el “atentado de Haymarket”, tuvo como consecuencia el enjuiciamiento de seis obreros inocentes, a quienes hoy se les conoce como los “Mártires de Chicago”.

A esa corriente internacional Prada escribió: “¡La fiesta del trabajo! ¿Qué significa eso? ¿Por qué ha de regocijarse el trabajador que brega para que otros descansen y produce para que otros disfruten del beneficio? A los dueños de fábricas y de haciendas, a los monopolizadores del capital y de la tierra, a los que se llaman industriales porque ejercen el arte de enriquecerse con el sudor y la sangre de sus prójimos, a solamente ellos les cumpliría organizar manifestaciones callejeras, empavesar edificios, prender cohetes y pronunciar discursos. Sin embargo el obrero es quien hoy se regocija y se congratula, sin pensar que la irónica fiesta del trabajo se reduce a la fiesta de la esclavitud”

Como si el tiempo no hubiera pasado los conserveros y harineros trabajan más de doce horas, cortadores de caña que viven en condiciones miserables, trabajadores bajo el régimen agrario, los sistemas de esclavitud del Estado como el régimen CAS, que diferencia los derechos de un trabajador con otro, las trabajadoras del hogar, los trabajadores bajo SERVI, en el sector agrario. Yanaconas de nuevo tiempo. Frente a esa realidad, los sindicatos se han dedicado a fiestas y comida, pan y circo. Atrás quedo las concentraciones para honrar el primero de Mayo. Esas luchas de FESIDETA, Sindicato de pescadores, sindicato de SIDERPERU y demás gremios. La huelga de proporciones que refiere Muños Cantina, en su obra “La Cuenca de Nepeña y el Puerto de Chimbote” al referirse a la huelga de los trabajadores de la empresa Azucarera San Jacinto. El movimiento social se encuentra en crisis por falta de renovación de sus cuadros. Y como diría Prada hemos convertido la jornada de las 8 horas, en la fiesta del trabajador, en la fiesta de la esclavitud.

Si Prada estuviera vivo condenaría a los que roban los derechos de los trabajadores. Condenaría a la Fiscalía del Santa que no acata los fallos de los juzgados laborales sobre reposición y todavía se hacen llamar: “defensores de la legalidad” Condenaría a los juzgados laborales y sobre todo a las Salas Laborales que niegan derechos de reposición a los Serenoz. Condenaría al Estado que viola derechos de los trabajares bajo el régimen CAS. Condenaría a los municipios que usan a los trabajadores para proselitismo político de los alcaldes corruptos. A las SERVIS de los cañaverales de azúcar yanaconas de nuevo tiempo. A los jueces y fiscales que juntan todas las resolución y disposiciones para hacer disque producción, sin importarle que el alimentista o el perseguido y necesitado de justicia este desesperado por resolver sus problemas y lo que es peor pronunciamientos que han sido proyectados por sus subordinados. Razón tiene Prada cuando dice: “Existen dos clases de trabajadores: los que en realidad trabajan, y los que aparentemente lo hacen, llamando trabajo el ver sudar y derrengarse al prójimo”

La lucha de los trabajadores continua y las letras del periodista Adolph Fischer, redactor del periódico Arbeiter Zeitung, al referirse a la matanza de Chicago aún tienen vigencia cuando escribió: “Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormick, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza! ¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria. Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo. Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas! Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costoso y se bebía a la salud de los bandidos del orden…, ¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís! ¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!

Si bien es cierto se han ganado derechos, los negreros y el Estado se han encargado de buscar nuevas formas para seguir explotando mediante leyes y darle apariencia de legalidad, en donde jueces muchas veces fallan en contra de los trabajadores. Como sociedad no hemos entendido que tenemos que cuidar al trabajo por ser la fuente de toda riqueza y al trabajador, y sobre todo al obrero quien trasforma la materia prima y los medios de producción en bienes y servicios, generando así riqueza. La conquista de nuestros derechos aún continúa. ¡…Que viva el primero de mayo día del trabajador…!