Opinión

La ideologización del periodismo internacional: un desafío para la credibilidad

Por : Fernando Zambrano Ortiz.- Analista Político

“Toda acción política, como en la física, desencadena una reacción inevitable”. Esta frase, aplicable a cualquier escenario político, también describe con precisión lo que está ocurriendo en el periodismo internacional. Las grandes agencias de noticias, pilares fundamentales para la información global, están enfrentando una crisis de credibilidad que no se puede ignorar.

Agencias como Deutsche Welle (DW), EFE, Reuters y Associated Press (AP) han sido durante décadas fuentes confiables para millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, en los últimos años, estas instituciones han mostrado una inclinación clara hacia narrativas progresistas que, en ocasiones, se traducen en una cobertura parcializada y sesgada.

Un fenómeno preocupante es que estas agencias hoy contratan corresponsales que, en sus países de origen, son periodistas irrelevantes o incluso operadores políticos con agendas progresistas de izquierda. Estos nuevos perfiles no siempre aportan la experiencia periodística necesaria, sino que actúan como voceros de una línea editorial marcada por la militancia ideológica.

En Alemania, DW ha sido criticada por su cercanía a partidos políticos de izquierda y verdes. Un alto porcentaje de sus periodistas provienen de estos círculos, lo que se refleja en una cobertura que favorece ciertas posturas y minimiza otras, especialmente las voces conservadoras o críticas con la inmigración. Esta realidad ha alejado a muchos jóvenes, que buscan medios más diversos y críticos.

En España y América Latina, EFE ha priorizado temas como género, cambio climático y derechos humanos desde una óptica progresista. Aunque estas causas son legítimas, la falta de equilibrio en la cobertura puede desdibujar la objetividad que el público espera de un medio informativo.

En el ámbito anglosajón, Reuters y AP han sido acusadas de favorecer discursos progresistas en su cobertura de movimientos sociales y políticos, mientras minimizan las posturas conservadoras. Este sesgo ha contribuido a la polarización social y a la pérdida de confianza en los medios tradicionales, que cada vez son vistos más como vehículos de propaganda que como fuentes imparciales.

Pero la influencia del sesgo ideológico de izquierda no se limita a las agencias de noticias. Incluso ha permeado espacios tradicionalmente alejados de la política partidaria, como el clero católico. Lo vemos con claridad en momentos tan relevantes como el cónclave para elegir un nuevo Papa, donde las corrientes progresistas intentan influir en el perfil y las prioridades del pontífice, buscando que la Iglesia adopte posturas más alineadas con agendas sociales y políticas contemporáneas.

Este fenómeno no es exclusivo de una región o idioma; es una tendencia global que refleja cómo las agendas políticas influyen cada vez más en las redacciones y en otros ámbitos de poder. El periodismo, que debería ser un espejo plural y riguroso de la realidad, corre el riesgo de convertirse en un instrumento ideológico.

Los datos son contundentes. Según el Informe Digital News Report 2024 del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, solo el 41% de las personas confía en la mayoría de las noticias la mayor parte del tiempo. En España, apenas un tercio de la población confía en las noticias la mayoría de las veces. La fatiga informativa y la sobrecarga de noticias llevan a muchos a desconectarse de los medios tradicionales.

En este vacío, las redes sociales como TikTok, Instagram y YouTube se han convertido en las nuevas fuentes de información para los jóvenes. Allí encuentran voces diversas, a veces contradictorias, pero que les permiten construir una opinión más crítica y menos sujeta a adoctrinamientos. Sin embargo, esta pluralidad también trae retos, como la proliferación de información no verificada.

En América Latina, la crisis económica de los medios y la concentración de la propiedad han debilitado la independencia editorial, aumentando la desconfianza. Un estudio en Argentina muestra que, aunque la mayoría aún confía más en los medios tradicionales que en las redes sociales, la percepción de parcialidad ha impulsado a los jóvenes a buscar fuentes alternativas.

Este fenómeno revela que una gran parte de la audiencia joven ya no recurre a las agencias internacionales para informarse debido a la percepción de parcialidad política. En cambio, buscan en las redes sociales voces divergentes de todas las tendencias ideológicas, lo que les permite formarse una opinión más plural y crítica, lejos del adoctrinamiento que perciben en los medios tradicionales.

Para recuperar la confianza del público, estas agencias deben replantear sus prácticas editoriales, garantizar pluralidad y equilibrio, y anteponer siempre la verdad por encima de cualquier agenda política. La democracia y la sociedad merecen medios libres, críticos y diversos.

Porque cuando el periodismo pierde el rumbo, todos perdemos.