Han pasado 55 años y parafraseando la canción, parece que fue ayer. El 31 de mayo se ha convertido en una fecha icónica de nuestro calendario; incluso el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI), realiza año a año en estas fechas los simulacros de sismos en busca de la concientización de la cultura de la prevención y la participación ciudadana.
El 31 de mayo de 1970 se produjo aquel devastador sismo que asoló nuestra región y el país y que tuvo como epicentro, aquí frente a nosotros, frente a nuestras costas, kilómetros adentro en el océano Pacífico, por eso al estar tan cerca ese epicentro, las consecuencias fueron terribles.
En aquella oportunidad, nuestra ciudad sufrió los estragos de la destrucción y en la zona sierra el Huascarán sufrió desprendimientos de masas compactas de nieve y generó un aluvión que sepultó Yungay. Ciudades asoladas por la destrucción fue el panorama lamentable y desolador que se observaron desde el día siguiente.
Cada vez que se acerca esta fecha, el Sistema de Defensa Civil establece una serie de características para concientizar a la población sobre aquello que no tenemos, la cultura de la prevención, por eso, organizó el Simulacro Nacional Multipeligro del 2025, pero lamentablemente por estas cosas que tienen nuestra población, solo participan las entidades, fundamentalmente aquellas que están ligadas al sistema público y eso fue lo que ha sucedido en las diferentes ciudades del país, algunos lógicamente ni tenían conocimiento de lo que estaba sucediendo. Solo una agresiva campaña para difundir eso que nos falta como es la cultura de la prevención y empezar lógicamente en la parte educativa desde los primeros años de estudio debe completar eso que hasta ahora nos falta.
Todos aquellos que vivimos esa fecha del 31 de mayo de 1970, 3:23 de la tarde, aquel domingo será inolvidable porque la naturaleza apareció con furia, destrozó todo lo que había y quedó en la memoria de aquellos que pasaron ese momento. Hoy estamos a la distancia con una población que no es la misma y que está aferrada a la tecnología y que lógicamente, teniendo esa alternativa, quizás la difusión de esa famosa cultura de prevención, sería más alcanzable, pero lamentablemente eso no ocurre.
Aunque será fundamental empezar con la parte educativa desde los primeros años de la etapa escolar para sensibilizar al máximo, no habrá otro camino, a estas alturas incluso aquellos cursos donde había de por medio Educación Cívica ya no están más en la currícula escolar y ese deterioro es lo que origina el desinterés de la población, que cada día aumenta como una bola de nieve. Se necesitan cambios y fundamentales, debemos empezar por ahí.