Editorial

Alarma por metales pesados en centros poblados de Samanco

El hallazgo de metales pesados en el agua para consumo humano en los centros poblados de La Capilla y Los Chimus, en el distrito de Samanco, debe ser motivo de seria preocupación para las autoridades locales, regionales y nacionales. La alerta fue emitida por la Red de Salud Pacífico Sur, que ha iniciado un proceso de toma de muestras casa por casa, comenzando por Los Chimus, y se extenderá luego a La Capilla. Esta medida, aunque tardía, es fundamental y debe ampliarse de inmediato.

Sin embargo, preocupa que no se haya especificado dónde se recogieron las primeras muestras que revelaron la contaminación: ¿fueron tomadas en fuentes públicas, redes domiciliarias, pozos o reservorios? Este detalle es crucial, ya que la ubicación del muestreo puede alterar por completo el diagnóstico del problema. Ahora que se realizan pruebas en viviendas, se espera mayor precisión, pero urge que toda la información sea transparente y accesible a la población.

La experiencia previa en el puerto de Huarmey, donde también se detectaron niveles peligrosos de metales pesados sin que hasta la fecha se haya identificado la fuente de contaminación, demuestra la lentitud con la que actúan muchas instituciones del Estado ante crisis ambientales. Esa situación no debe repetirse en Samanco.

En paralelo al muestreo, se necesita una estrategia clara de vigilancia epidemiológica: hay que saber cuántas personas están expuestas o afectadas. Esto implica exámenes médicos para detectar intoxicaciones por metales como plomo, arsénico, cadmio o mercurio, cuyo impacto en la salud, sobre todo de niños y gestantes, puede ser devastador.

Además, se debe investigar la posible fuente de esta contaminación. Todo indica que el río Nepeña, que cruza la zona y recibe aguas de las partes altas de Jimbe, estaría arrastrando residuos de actividad minera informal. En esa zona no existe minería formal, lo que refuerza la hipótesis de un daño ambiental provocado por operaciones ilegales, sin ningún control.

La Municipalidad Distrital de Samanco no puede mantenerse como un actor secundario. Le corresponde asumir un rol activo en la defensa de la salud pública, exigiendo apoyo técnico inmediato y tomando decisiones firmes. La Red de Salud Pacífico Sur, por su parte, debe actuar con transparencia, celeridad y rigor técnico.

La contaminación del agua no es un problema menor ni pasajero. Es un asunto de vida o muerte. Y cada día que se pierde sin actuar, es un día que pone en riesgo a más personas.