La reciente visita del alcalde provincial de la Municipalidad Provincial del Santa, Felipe Mantilla, al Mercado Mayorista Tres Estrellas ha vuelto a poner sobre la mesa un tema crucial: el destino de una infraestructura que, a pesar del tiempo transcurrido y del enorme desembolso público que significó su construcción, sigue sin cumplir el propósito para el cual fue creada.
Han pasado más de quince años desde que se ejecutó esta obra, que costó al Estado más de 100 millones de soles, y aún hoy no ha sido capaz de aportar valor real ni al comercio mayorista ni al desarrollo económico del distrito. Durante todo este tiempo ha sido símbolo de una de las tantas inversiones públicas mal concebidas, mal planificadas y peor ejecutadas.
Frente a este panorama, las declaraciones del alcalde —quien afirmó que “no estamos para mirar atrás, sino para mirar adelante”— son comprensibles, pero no suficientes. Mirar al futuro no implica ignorar el pasado. Por el contrario, mirar atrás con responsabilidad es necesario para no seguir cometiendo los mismos errores. Y en este caso, los errores fueron muchos: desde la falta de un plan integral para su funcionamiento hasta la desconexión entre la obra física y su utilidad económica.
Hoy, el escenario presenta una oportunidad. El gremio empresarial que actualmente ocupa parte de las instalaciones ha manifestado su interés en convertir el espacio en un centro productivo con aspiraciones a convertirse en un parque industrial. Esta intención es valiosa, pero debe ser acompañada por acciones concretas del gobierno local. La Municipalidad Provincial del Santa tiene la responsabilidad legal y funcional de actuar como ente promotor del desarrollo económico local, y es ella quien debe liderar la recuperación de esta infraestructura.
Esto implica diseñar y ejecutar un plan integral de reconversión, que no solo permita usar de forma eficiente lo construido, sino que redefina el objetivo del proyecto con una mirada estratégica, de largo plazo y con sostenibilidad. Un perfil técnico serio, basado en diagnóstico económico, logístico y legal, debe ser el primer paso. La Municipalidad tiene que empezar a rentabilizar. No se trata simplemente de habilitar espacios para su ocupación temporal, sino de dotar al proyecto de una nueva finalidad, viable y útil, que beneficie directamente al desarrollo local y regional.
No es tiempo de más improvisaciones ni de discursos vacíos. El Mercado Tres Estrellas no puede seguir siendo una infraestructura abandonada o subutilizada mientras la ciudad necesita con urgencia espacios para la producción, el comercio organizado y el empleo digno.
Recuperar esta obra para ponerla al servicio del desarrollo no es solo una cuestión de eficiencia administrativa, es también un acto de justicia frente a una población que ha sido testigo —una vez más— del derroche de recursos públicos. Si hay decisión política, este puede ser el momento clave para que el Mercado Mayorista Tres Estrellas deje de ser símbolo del fracaso y se convierta en modelo de reconversión y utilidad pública.