Editorial

Los niños esperan su colegio

El drama que atraviesa el colegio de nivel inicial Paraíso de los Niños es un espejo de cómo la ineficiencia y la irresponsabilidad política terminan afectando a quienes menos deberían sufrir: los niños. Lo comprobó recientemente la congresista Lady Camones, al constatar que el plantel sigue sin cerco perimétrico, expuesto a riesgos como el ingreso de drogadictos y fumadores, con un proyecto de inversión trunco que acumula más papeles que avances.

La historia es conocida. Desde el 2022 se vienen arrastrando errores groseros en la Municipalidad Provincial del Santa bajo la gestión de Roberto Briceño, cuya improvisación dejó a la institución en el limbo administrativo. Hoy, pese a que el expediente técnico  saldo de la obra ya está aprobado, por parte de la actual gestión, los alumnos siguen estudiando en un espacio vulnerable y sin condiciones mínimas de seguridad. Existe  falta de dinero, pero se soluciona con voluntad política.

Es cierto que el financiamiento llegó por la Autoridad de Reconstrucción con Cambios (ARCC)y que posteriormente  al  haber problemas con el expediente técnico, ese dinero fue devuelto y como luego se cambió de  ARCC a ANIN era imposible que ese presupuesto existiera. Al fallar la comuna provincial,  tendrá que asumir ese dinero que tanto se necesita.

El caso revela, una vez más, cómo en el Perú los proyectos públicos se traban en trámites, excusas y cálculos políticos, mientras la población paga el costo en su vida cotidiana. ¿Cómo explicar a los padres de familia que existe un expediente aprobado y que, aun así, el alcalde no dispone el presupuesto? ¿Cómo justificar que se prioricen otras obras menores, mientras un colegio inicial semilla del futuro de cientos de niños queda relegado?

La comunidad educativa ha mostrado tenacidad, organizándose y levantando la voz. Lo mínimo que esperan es que la congresista, ahora involucrada, logre encaminar el presupuesto necesario y destrabar el proyecto. Su influencia en el Parlamento y en la agenda política regional puede marcar la diferencia. Pero no basta con la presión de una parlamentaria: corresponde a la Municipalidad Provincial del Santa asumir con seriedad la responsabilidad que nunca debió abandonar.

Un colegio no es solo infraestructura: es un espacio de formación, de protección y de oportunidades. Cuando los niños estudian rodeados de inseguridad y precariedad, lo que realmente se les está enseñando es que sus derechos son secundarios y que sus necesidades pueden esperar. Esa es la peor lección que una sociedad puede darles.

Hoy, más que nunca, la consigna debe ser clara: los niños no pueden seguir esperando. Si hay voluntad política, el problema tiene solución inmediata.