Reconstrucción del Hospital de Huarmey:
El Hospital de Huarmey, prácticamente destruido por el Niño Costero de marzo del 2017, se convirtió en símbolo de la urgencia de reconstruir infraestructura crítica en el país. Sin embargo, lo que debía ser un proyecto emblemático terminó convirtiéndose en un largo camino de trámites, adendas, sobrecostos y retrasos que revelan las falencias del modelo de inversión pública en el Perú.
La historia formal arranca el 17 de setiembre de 2018, cuando el Ministerio de Salud (MINSA) suscribió con Compañía Minera Antamina S.A. un convenio bajo la modalidad de Obras por Impuestos (OxI) para financiar expediente técnico, ejecución, mantenimiento y supervisión, por S/ 92,3 millones y un plazo de 720 días calendario. La ejecución recayó en la constructora COSAPI S.A..
Sin embargo, el proyecto pronto evidenció sus debilidades estructurales. En mayo del 2021 el MINSA aprobó el expediente técnico con un monto casi duplicado a S/ 188,4 millones y con un nuevo plazo de 630 días. Ese mismo año empezaron las adendas: modificaciones sucesivas al monto y al cronograma que, lejos de acelerar la obra, la dilataron más. Entre el 2021 y el 2024 se firmaron cinco adendas, que elevaron el costo hasta S/ 219,8 millones y ampliaron el plazo a 1 320 días.
Pese a ello, las metas no se cumplieron. El cronograma establecía que la obra debía estar lista en abril del 2023; sin embargo, al segundo semestre del 2025 la Contraloría reporta que el avance físico apenas llega al 85,7 %. En el camino se acumularon 14 solicitudes de mayor trabajo, 2 deductivos en arbitraje, 14 ampliaciones de plazo (la mayoría rechazadas) y hasta 17 intentos de trato directo entre Antamina y el PRONIS, de los cuales la mayoría no prosperó.
En lo financiero, el costo actualizado asciende ya a S/ 223,2 millones, mientras que el devengado supera los S/ 194 millones. El Ministerio de Economía y Finanzas ha emitido 14 Certificados de Inversión Pública a favor de Antamina por S/ 181,3 millones, aunque aún se gestionan pagos adicionales. Es decir, los certificados que justifican el uso de dinero del canon minero ya están tramitados y en poder de la empresa que ejecuta la obra por impuestos.
La experiencia del Hospital de Huarmey deja varias lecciones. La primera, que la modalidad de Obras por Impuestos, si bien útil para destrabar algunos proyectos, puede generar sobrecostos desmedidos cuando no existe un control eficiente del Estado. La segunda, que la maraña de adendas y arbitrajes confirma que el marco normativo vigente dificulta en lugar de facilitar la ejecución. Y la tercera, que los plazos ampliados por la pandemia no explican del todo siete años de retraso.
El hospital está a poco de culminar, pero el proceso deja claro que la inversión pública en el Perú carece aún de la eficacia y transparencia que la ciudadanía necesita, especialmente cuando se trata de servicios tan sensibles como la salud.
La información que aquí se proporciona se encuentra en el Informe de Hito de Control N° 8278-2025-CG/APP-SCC, de la Contraloría General de la República que se emitió en la primera quincena de agosto del 2025 y que muestra un periodo de evaluación entre el 24 de junio y el 13 de agosto.