Por: Koki Noriega Brito, gobernador regional de Áncash
La geografía agreste de nuestro país es un desafío constante que pone a prueba nuestra inteligencia, perseverancia y carácter. En Áncash, ese desafío se traduce en un clamor histórico: la integración vial. Nuestra misión como Gobierno Regional ha sido clara desde el inicio: hacer realidad este anhelo a través de una conectividad integral que incluye lo digital, lo aéreo y, de manera fundamental, lo vial.
En ese marco, uno de los proyectos más emblemáticos y esperados por generaciones es la carretera Yungay–Llanganuco–Yanama–Llacma. Y hoy puedo anunciar con orgullo que este domingo 28 de setiembre iniciaremos oficialmente su construcción.
Esta obra estratégica de más de 100 kilómetros de longitud, con una inversión superior a los 700 millones de soles, que beneficiará directamente a más de 60 mil habitantes, uniendo al Callejón de Huaylas con el Callejón de Conchucos y transformando el presente y futuro de nuestra región.
Un anhelo de décadas
Este no es un proyecto cualquiera: se trata de un sueño postergado por muchos años. Lo confirmé en carne propia durante una conversación con un antiguo y distinguido poblador de Yungay, quien me llamó para consultarme sobre este día y me expresó:
—“Gobernador, ¿es cierto que vas a estar este 28 en Yanama iniciando la obra? … ¿Por qué mienten tanto? Desde 1963 están ofreciendo construir esa carretera y hasta ahora nada”.
Confieso que por un instante su escepticismo me inmovilizó. Sin embargo, entendí que sus palabras eran el resultado lógico de promesas incumplidas. Mis antecesores habían hecho hasta cinco perfiles técnicos que nunca alcanzaron viabilidad, minando la confianza de la población.
No rechacé su frustración: la validé. Y entonces le relaté los pasos que hemos dado en nuestra gestión para hacer realidad esta obra. Le expliqué que lo primero fue destrabar el proyecto y dejar sin efecto la viabilidad irregular que había dado la municipalidad de Yungay, sin contar con competencia ni capacidad operativa. En noviembre de 2022, recién electo, logramos cerrar ese código de inversión y corregir el proceso.
Después de un arduo trabajo, en octubre de 2024 obtuvimos la viabilidad técnica y financiera. Luego, en el Consejo de Estado Regional de Piura (CER), logramos un acuerdo con el Gobierno Nacional para cofinanciar la carretera, comprometiéndonos ambas partes con el 50 % de la inversión. Posteriormente, firmamos un convenio con la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN), que será la encargada de construir la obra bajo la modalidad Fast Track. La inversión supera los 700 millones de soles e incluye la ejecución y la supervisión. Ya hemos transferido 150 millones de soles para iniciar la construcción.
Su actitud cambió y, con mayor serenidad, expresó que aunque no conocía qué era la ANIN ni el significado de la modalidad Fast Track, confiaba en la explicación recibida. Reconoció que, como gobernador, yo represento la voz de la población y tengo el deber de llevar sus necesidades a Lima para encontrar soluciones. Finalmente, me manifestó su disposición a esperarme el 28 de setiembre para saludarnos en el inicio de la obra.
Nos despedimos fraternalmente y continué con mis labores con la convicción renovada: cada paso que damos debe ser transparente, responsable y pensado en el bienestar de nuestra gente.
Un motor económico y turístico
Los beneficios de esta carretera son múltiples. Reducirá el tiempo de viaje de más de cuatro horas a la mitad, lo que significará mayor seguridad, mejor acceso a servicios de salud y educación, y mayores oportunidades para el comercio. Nuestros agricultores podrán trasladar sus productos de manera más ágil hacia mercados locales, regionales y nacionales, generando mejores ingresos y oportunidades para las familias del campo.
Pero esta carretera no solo es un eje económico, también es un motor turístico. Cerca del 50 % de su recorrido atravesará el Parque Nacional Huascarán, Patrimonio de la Humanidad reconocido por la UNESCO. Por ello, hemos previsto los más altos estándares de construcción en armonía con el medio ambiente y bajo principios de conservación. La vía será ensanchada en las zonas angostas, contará con señalización moderna, pavimento firme y zonas seguras, potenciando el turismo sostenible en Áncash.
El Huascarán y sus alrededores no son solo un destino turístico: son parte de nuestra identidad. Con esta obra, nos aseguramos de que el mundo conozca esa riqueza y de que nuestros pueblos se beneficien de manera directa.
Caminando juntos hacia el futuro
La carretera Yungay–Yanama no es el fin del camino: es apenas el inicio. Representa integración, justicia social y esperanza. Es la prueba de que, cuando hay voluntad política y gestión eficiente, los sueños de nuestros pueblos pueden hacerse realidad.
Hoy les digo con firmeza: este es el tiempo de Áncash. El tiempo en el que los anhelos de generaciones se convierten en obras concretas, el tiempo en que el desarrollo deja de ser promesa y se convierte en realidad. Este 28 de setiembre empezaremos ese camino juntos, porque juntos somos más fuertes, y porque unidos construiremos el futuro que nuestra región merece.