Por: Fernando Zambrano Ortiz
Analista Político
En pleno 2025, cuando el mundo avanza hacia la digitalización total de los servicios públicos, Áncash tiene la oportunidad de marcar un hito y convertirse en la primera región del Perú totalmente digitalizada. No se trata solo de una meta tecnológica: es una apuesta por la transparencia, la eficiencia y la confianza ciudadana.
El diagnóstico es claro. La mayoría de trámites regionales y municipales todavía obligan a los ciudadanos a perder horas en colas, trasladarse físicamente y enfrentarse a ventanillas donde, muchas veces, el exceso de papeleo abre espacio para la corrupción. Este modelo está agotado.
La solución pasa por digitalizar todos los trámites, homogenizarlos con check lists simples y comenzar con un plan piloto de diez procedimientos de alto impacto: licencias de funcionamiento, pago de arbitrios, constancias de no adeudo, certificados escolares y licencias de transporte. Con ello, se daría una señal potente de que la administración pública puede ser rápida, predecible y amigable con el ciudadano.
El corazón del cambio es un portal único regional y municipal, donde cualquier persona pueda acceder con su identidad digital: DNI electrónico, ID Perú o Clave Única. Esto permitiría estandarizar procesos, dar trazabilidad a cada expediente y reducir la discrecionalidad que hoy erosiona la confianza en las instituciones.
Un aspecto clave es la participación de la juventud. Los jóvenes son nativos digitales, dominan las redes y el mundo online. Involucrarlos no solo como usuarios, sino como líderes del cambio, es garantía de sostenibilidad. Ellos pueden convertirse en embajadores de la transformación, capacitando a otros y generando cultura digital en la región.
El mensaje final es contundente: a menos ventanillas, menos oportunidades de corrupción. La digitalización no solo mejora la eficiencia; fortalece la democracia y devuelve la confianza en el Estado.
Áncash tiene la oportunidad de convertirse en un referente nacional. No es un sueño futurista: es un proyecto viable, necesario y urgente. El futuro digital del Perú puede empezar aquí, en la sierra y costa de Áncash, demostrando que con decisión y visión es posible transformar la relación entre ciudadanos e instituciones.