A pocas semanas de iniciar la temporada de verano, las autoridades locales de Nuevo Chimbote han dado un paso importante al convocar a comerciantes, pescadores y representantes de instituciones como la Base Naval y la Capitanía de Puerto, con el propósito de coordinar acciones de limpieza, orden y seguridad en las playas de El Dorado y Caleta Colorada. Esta decisión, aunque parece rutinaria, representa una señal alentadora de planificación y trabajo conjunto, elementos que suelen escasear cuando llega la temporada alta y los problemas se multiplican sin control.
En años anteriores, el desorden, la acumulación de basura y la inseguridad fueron el rostro habitual de las playas. Muchos visitantes se marchaban decepcionados al constatar que, pese a su potencial turístico, Nuevo Chimbote no ofrecía las condiciones mínimas para disfrutar de un espacio limpio y seguro. Por ello, la reunión liderada por el alcalde Walter Soto Campos constituye una oportunidad para revertir esa imagen y apostar por un turismo sostenible, que no solo reactive la economía, sino que también respete el medio ambiente.
Los acuerdos alcanzados reflejan un enfoque integral. El plan de limpieza y manejo de residuos sólidos, la instalación de baños químicos y la presencia constante de Serenazgo y Policía son medidas que apuntan directamente a los problemas más visibles. Pero hay otros aspectos de fondo que también deben destacarse: el compromiso de mantener módulos desmontables y uniformes, la prohibición del expendio de alcohol y del ingreso de vendedores ambulantes, así como las capacitaciones para garantizar la inocuidad alimentaria. Son señales de un intento serio por combinar el orden comercial con la preservación del entorno.
La experiencia demuestra que no basta con anunciar medidas, sino cumplirlas con firmeza. Cada temporada veraniega pone a prueba la capacidad de gestión municipal y la responsabilidad de los ciudadanos. De nada servirá que la comuna organice limpiezas si los propios visitantes arrojan desperdicios en la arena o si los comerciantes incumplen las normas. Por eso, la verdadera sostenibilidad no se alcanza solo con fiscalización, sino con educación cívica y participación. Todos autoridades, empresarios, pescadores y familias deben sentirse parte del compromiso.
La presencia de la Base Naval y la Capitanía de Puerto también añade un componente de seguridad marítima indispensable. Regular el transporte hacia Caleta Colorada y fijar tarifas únicas evitará abusos y garantizará un servicio más ordenado para los turistas. Si se cumple lo acordado, el distrito podría consolidar una oferta turística distinta: más organizada, más limpia y más segura.
Lo que está en juego no es solo la imagen de las playas, sino el modelo de convivencia ciudadana que queremos proyectar. La limpieza, el orden y el respeto al entorno no deberían depender de campañas estacionales, sino convertirse en hábitos permanentes. Nuevo Chimbote tiene el privilegio de contar con un litoral hermoso; conservarlo y hacerlo atractivo para todos es una tarea colectiva que debe continuar más allá del verano.