Editorial

Inversión en seguridad, un paso firme contra la criminalidad

En tiempos donde la inseguridad ciudadana se ha convertido en la mayor preocupación de la población, resulta alentador constatar que tanto la Municipalidad Provincial del Santa como la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote hayan decidido emprender proyectos concretos para fortalecer su sistema de seguridad. Ambas comunas, conscientes del momento crítico que atraviesa el país frente al avance del crimen organizado, las extorsiones y el sicariato, han dado pasos que representan un cambio de enfoque: pasar de la reacción a la prevención.

Primero fue la Municipalidad Provincial del Santa la que anunció e inició  su proyecto mediante la modalidad de obras por impuestos, una alternativa que acelera la ejecución y garantiza calidad al involucrar directamente al sector privado. Este proyecto incluye la construcción de una moderna base central de seguridad ciudadana, la instalación de 240 cámaras de videovigilancia con tecnología de reconocimiento facial y la adquisición de 21 camionetas y 21 motocicletas para patrullaje. Se trata de una inversión de gran impacto, que permitirá una cobertura más amplia y un monitoreo eficiente en tiempo real.

Por su parte, la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote ha presentado también, en la víspera,  un ambicioso proyecto de construcción de una central interconectada de seguridad ciudadana, que funcionará como el corazón operativo de su sistema de videovigilancia. El terreno fue cedido por la Diócesis, demostrando que cuando las instituciones colaboran, el bien común prevalece. Además, se construirá una moderna base de serenazgo en la avenida La Marina, con infraestructura completa comedor, auditorio, vestidores, duchas y estacionamiento, junto con cuatro centros de atención distribuidos en puntos estratégicos del distrito. La incorporación de 135 cámaras, 10 camionetas y 10 motocicletas complementará un sistema que promete eficiencia y capacidad de respuesta inmediata.

Estos dos proyectos, ejecutados con recursos provenientes del canon minero, marcan una diferencia sustantiva respecto a años anteriores, cuando la falta de planificación y decisión política dejaba a los serenos sin herramientas adecuadas. Hoy, tanto Chimbote como Nuevo Chimbote apuestan por tecnología, organización y presencia territorial. No se trata solo de construir edificios o comprar vehículos, sino de modernizar la gestión de la seguridad y devolverle al ciudadano la sensación y la realidad de vivir protegido.

Sin embargo, el éxito de estas iniciativas dependerá de su correcta implementación y sostenibilidad. De  nada servirá tener equipos de última generación si no hay personal capacitado para operarlos, mantenimiento técnico constante ni coordinación con la Policía Nacional y el Ministerio Público. La seguridad no se resuelve solo con cámaras y patrulleros, sino con inteligencia, acción conjunta y compromiso institucional.

Por ello, más allá del anuncio, lo que la población espera es eficacia. Cuando se terminen y se hagan realidad ambos proyectos, se conviertan en una red de protección real. Si ambas municipalidades logran ejecutar y administrar bien estos proyectos, darán un ejemplo claro de cómo el dinero público puede traducirse en tranquilidad ciudadana y confianza en las autoridades locales.

Ambas iniciativas, en suma, son una señal positiva: frente a la delincuencia que crece, las autoridades locales están decidiendo actuar. Y en una sociedad golpeada por la violencia, ese ya es un paso firme hacia el orden, la seguridad y la esperanza.