El Real Madrid mejora sus pronósticos con una ajustada victoria (2-1) ante el Barça en un duelo de fútbol, emoción y polémica.
Pocos partidos futbolísticos tienen un impacto global como el que enfrenta el coloso del fútbol español, que suele deparar sorpresas que aúnan calidad y rivalidad.
El último clásico ha cumplido todas las expectativas, ya que el equipo blanco acumula cuatro derrotas consecutivas ante el Barça la temporada pasada: los partidos de Liga, la final de la Supercopa y la Copa del Rey.
El Madrid tiene buen favoritismo
A pesar de los antecedentes más inmediatos, es evidente que los partidos Real Madrid-Barcelona ofrecieron mayores posibilidades de victoria a los merengues , si bien los de Xabi Alonso no se mostraron imbatibles, tal como se creyó en el derbi contra el Atlético.
A esto se suma la vulnerabilidad mostrada por el Barcelona al inicio de la temporada, con dolorosas derrotas ante el Sevilla y el PSG, motivadas, según el diagnóstico de los expertos, por la pérdida de intensidad en los minutos de juego, lo que termina repercutiendo en la fiabilidad defensiva, donde también se pasa por alto la figura de Íñigo Martínez. Además, el conjunto azulgrana nota la ausencia de Raphinha por lesión. La falta de rotación de Ferrán , quien jugó contra el Madrid lesionado, y, sobre todo, considera que su árbitro principal, Lamine Yamal , no está al 100% debido a sus problemas púbicos.
Mbappé y Bellingham, magníficos.
Kilyan Mbappé, en un estado de forma excepcional, no tardó en demostrar su letalidad con una volea que se coló en la red, aunque el gol fue anulado posteriormente.
Pero fue un preludio de lo que estaba por venir, con los franceses disfrutando de un viaje al espacio de ensueño gracias a Bellingham, quien, entre compañeros y rivales, contaba en el campo y en el banquillo con muchos de los jugadores que frustraron su triunfo en la última Eurocopa. El resultado final favoreció a los españoles con el mismo goleador: 2-1. Si bien el Barça logró el empate tras un buen gol en contra, con un Fermín que volvió a mostrar su buen estado de forma, el Real Madrid consiguió escapar de nuevo por medio de Jude Bellingham, tras un error defensivo del Barça en el área.
Una segunda parte llena de adrenalina
El segundo tiempo prometía emociones intensas, y no defraudó desde el principio, ya que tres minutos después de la reanudación, el VAR revisó la jugada del equipo universitario para comprobar una posible mano de Eric García.
Tras observar la tanda de penaltis en el monitor, cuando todo parecía indicar que Mbappé coronaría su actuación anotando el penalti, Szcesny realizó una intervención prodigiosa que dejó el partido más vivo que nunca.
El guion que se desarrolló fue la continuación del juego de un Barça que intentó dominar y meter al Real Madrid en su área, y el de algunos blancos que intentaron resistir.
En la recta final no faltó de nada: entradas vertiginosas del Madrid y del Barcelona dándolo todo, llenando el área de jugadores, y por supuesto, la polémica, desde el enfado de Vinicius con su entrenador por el cambio hasta las protestas por la expulsión de Pedri, quien finalmente vería la segunda derrota en el último partido del encuentro.
La tensión acumulada estalló con el pitido final, con bancos en quiebra y varios jugadores blancos buscando ajustar cuentas con Yamal. Por lo que sucedió en el país a los mayores, y al final predominó el sustantivo, el fútbol en estado puro.

