Las irregularidades en el caso de la detención y posterior liberación de Elmer Rodríguez Chavill, de 42 años, conocido como “Galleta”, continúan generando indignación entre las víctimas y sus familiares, debido a que hasta el momento ninguna de ellas ha podido pasar por el examen toxicológico, pues el responsable de realizar estas pruebas se encontraría de vacaciones.
Dos de las últimas víctimas, quienes reconocieron plenamente a este sujeto como el responsable de doparlas y robarles sus pertenencias, aún esperan someterse al análisis que determinará qué sustancia fue utilizada para dormirlas antes de ser despojadas de sus objetos personales.
El caso ha sido derivado al representante de la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa del Santa, Waldo Benites Zapata, quien dispuso una serie de diligencias para esclarecer los hechos. Sin embargo, la falta de personal encargado de los exámenes toxicológicos podría entorpecer la investigación.
Lo más preocupante, según fuentes cercanas a la investigación, es que el plazo máximo para realizar la prueba toxicológica es de una semana. Pasado ese tiempo, los resultados podrían salir negativos, lo que pondría en riesgo la denuncia de los agraviados y permitiría que el caso quede impune.
Familiares de las víctimas acudieron hasta la comisaría La Libertad para exigir la devolución de las pertenencias robadas y cuestionar la liberación del mototaxista, a pesar de las múltiples denuncias en su contra. Señalaron que la decisión genera desconfianza en el sistema judicial y deja en indefensión a los afectados.
Rodríguez Chavill fue intervenido por agentes de la Comisaría La Libertad tras ser denunciado en cuatro ocasiones por presuntamente dopar a sus pasajeros con un spray para luego robarles.
Según los reportes policiales, el intervenido usaba un somnífero para dormir a sus víctimas, quienes al despertar descubrían que habían sido despojadas de celulares, billeteras, tarjetas y otras pertenencias.
Las víctimas exigieron la captura inmediata del mototaxista, a quien consideran un peligro para los pasajeros y transeúntes de Chimbote. Temen que, al haber sido liberado, continúe delinquiendo con la misma modalidad y que más personas resulten afectadas ante la aparente inacción de las autoridades.