Opinión

Mi bandera

Por: Fernando Valdivia Correa

Si hay algo que une desmesuradamente a los estadounidenses es el amor por su bandera. En cada oportunidad que apreciamos un comercial, película, documental, serie, etc., norteamericano, siempre aparece ondeando la misma, como símbolo de identidad nacional. En nuestro país, con poco más de un mes en el cargo, José Jerí recientemente ha publicado la norma que modifica el estado de emergencia en Lima y Callao, disponiendo la obligatoriedad del izamiento de la Bandera Nacional y la entonación del Himno Nacional en todas las entidades públicas, los lunes a las 8 horas, y en las plazas principales de las diferentes municipalidades, los domingos, en ambos casos con presencia de la máxima autoridad política.

Pregonando con el ejemplo, el mandatario marcó la pauta, y en visita a un colegio en Comas entonó las sagradas letras del himno patrio, ondeando la bicolor. De inmediato surgieron las críticas, principalmente de sectores ligados a la izquierda y caviares. Uno de ellos, el camaleónico político Richard Arce (Frente Amplio, Nuevo Perú, Somos Perú, y Partido Morado) escribiendo que “apelar al instinto primario con un falso patrioterismo es realmente ridículo y, como estrategia, es burda y primaria, no tiene ningún sentido estratégico, más que ganar adeptos y engañar a la población, en medio de este espiral de violencia que estamos viviendo”. En respuesta, el Presidente declaró que “hay sectores a los que la patria les provoca urticaria”. Y razones no le faltan.

Nos vanagloriamos de tener la mejor hinchada futbolera del mundo, pero callamos cuando groseramente actores progres de una conocida serie de televisión aparecían “lavando la bandera” dizque asqueados de la corrupción, mientras apoyaban descaradamente el “No a la revocatoria” y la reelección de Susana Villarán, quien al tiempo confesaría haber recibido coimas de la corrupta Odebrecht, aunque hoy solo lo describa como “aportes”. Asimismo, decimos sentirnos orgullosos de nuestra gastronomía, pero al salir elegido un compatriota como número uno en el ranking de los cincuenta mejores restaurantes del orbe, salimos al paso a cuestionarlo por “sus elevadísimos precios”, agregando “pa´ lo que te sirven ahí”. Simple, no vayas, o mejor aún, abre un local de comida con igual o mejor calidad, y al costo por cada plato accesible al bolsillo de los más pobres.

Una frase repetitiva es “para querer el Perú hay que conocerlo”. Y esto ocurrió el pasado 3 de julio, cuando el Parlamento aprobó la creación del distrito de Santa Rosa de Loreto, ubicado en la provincia de Mariscal Ramón Castilla, Región de Loreto. Un mes después, el gobierno colombiano pretendió desconocer la soberanía peruana, sin éxito. Otro se dio hace unos días, al romper relaciones diplomáticas con México, por otorgarle asilo político a Betssy Chávez, procesada por el frustrado golpe de aquel aciago 7 de diciembre de 2022. Aquí, el Ejecutivo decidió pausar la entrega del salvoconducto a la expremier de Pedro Castillo.

Acciones como las descritas precedentemente, muestran que debemos seguir preservando y enalteciendo cada día más el amor por el Perú, y muestra de ello es reafirmando el uso adecuado de los símbolos patrios, entre ellos, MI BANDERA.