Editorial

Cuando hay voluntad, la solución llega

Las recientes coordinaciones entre la Municipalidad Provincial del Santa y Sedachimbote revelan una verdad que, aunque obvia, muchas veces se pasa por alto: cuando las instituciones deciden trabajar juntas, los problemas encuentran solución. No se trata de magia, sino de voluntad política, técnica y administrativa. Lo que observamos la semana anterior equipos reunidos, acuerdos claros y compromisos asumidos demuestra que los obstáculos que por meses complican el avance de las obras pueden resolverse en cuestión de días cuando existe decisión real de hacerlo.

Las interferencias en redes de agua y desagüe no son un descubrimiento reciente. Son parte de una larga lista de dificultades estructurales que afectan casi toda obra pública de envergadura en Chimbote y Nuevo Chimbote. Sin embargo, el punto central no es la existencia de estos problemas, sino la manera en que las instituciones deciden enfrentarlos. Hasta hace poco, las obras quedaban paralizadas, los plazos se extendían y los vecinos terminaban siendo las principales víctimas de la falta de coordinación e incluso con las apariciones públicas de funcionarios de ambas entidades. Pero ahora vemos que, cuando se apuesta por el trabajo conjunto, se puede avanzar.

El caso del sector Raúl Clark es emblemático. Sedachimbote asumió el compromiso de reemplazar tuberías antiguas de cemento con asbesto material obsoleto y riesgoso para la salud por redes modernas de PVC. Una decisión que no solo evita que la obra municipal se vea trabada, sino que además mejora la calidad del servicio y protege la salud de los vecinos. Este simple gesto demuestra lo que siempre debió ocurrir: que la modernización del distrito y el bienestar de la población deben estar por encima de las demoras y los trámites.

Lo mismo ocurre en la I.E.I. Villa Los Jardines. La autorización para la conexión del alcantarillado permitirá concluir una obra largamente esperada por la comunidad educativa. Y en La Balanza, que es la obra de mayor inversión, donde el drenaje pluvial se cruza con las redes de sedimento y alcantarillado, el acuerdo de intervenir de manera paralela y planificada evitará retrasos innecesarios. Esto es gestión eficiente, algo que la ciudadanía reclama desde hace años.

Pero también es necesario subrayar que este avance no es casual. Detrás hubo una reunión previa entre los directivos de Sedachimbote y los responsables de Infraestructura de la MPS, incluso con la participación de la Defensoría del Pueblo. Es decir, una presión institucional y un trabajo articulado que obligó a acelerar decisiones que antes no llegaban.

Por eso, lo que corresponde ahora es que estas reuniones no sean esporádicas ni reactivas. Deben convertirse en un mecanismo permanente de coordinación entre ambas entidades. Porque cuando las instituciones conversan, planifican y actúan con sentido de urgencia, las obras avanzan, los conflictos se reducen y los ciudadanos son los grandes beneficiados.

Ojalá este sea el inicio de una nueva etapa donde la eficiencia no sea la excepción, sino la regla. Porque los problemas siempre existirán; lo que marca la diferencia es la voluntad de solucionarlos. Y esta vez, queda demostrado que sí se puede.