La publicación de la Resolución Directoral N.º 0795-2025 del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, que autoriza formalmente la ubicación y altura del futuro Hospital Especializado de Essalud, marca un antes y un después en uno de los proyectos más esperados por la población asegurada de la provincia del Santa y la región. Tras meses de incertidumbre y trabas administrativas, la Dirección General de Aeronáutica Civil ha dado finalmente la luz verde que permite completar el expediente técnico y encaminar el inicio de una obra cuya necesidad dejó de ser urgente para convertirse en impostergable.
El camino para llegar a este punto no ha sido sencillo. Essalud, como entidad ejecutora, encargó a Proinversión el proceso para recibir y evaluar las expresiones de interés que definieron a la empresa encargada tanto de los estudios como de la construcción del nosocomio. Ese mismo operador —hoy formalizado como concesionario— tendrá a cargo una serie de servicios del hospital durante dos décadas: tres años destinados a la construcción y diecisiete bajo un modelo de concesión orientado a elevar la calidad del servicio. Este mecanismo, lejos de ser un experimento, responde a una tendencia internacional que busca eficiencia, sostenibilidad y estándares modernos en la infraestructura hospitalaria.
No debe olvidarse que el contrato de concesión fue firmado el 3 de julio de 2024, en una ceremonia oficial realizada en Palacio de Gobierno. Desde entonces, ha transcurrido un año y cuatro meses hasta superar el principal cuello de botella: la observación vinculada al aeropuerto, que impedía validar las características del proyecto. El destrabe logrado esta semana coloca al Hospital Especializado en su recta final y abre, al fin, la puerta a una etapa de ejecución largamente esperada.
Pero no solo se trata de un hospital. La iniciativa contempla también un Policlínico de Complejidad Creciente, con 7,400 metros cuadrados de construcción, que se sumarán a los 48 mil metros cuadrados del hospital principal. Esa infraestructura que hoy simplemente no existe y cuya ausencia se traduce a diario en colas, derivaciones, esperas interminables y servicios saturados. Por eso este proyecto no es un lujo ni un símbolo político: es una necesidad estructural para una población que exige atención digna y oportuna.
Lamentablemente, cada avance significativo viene acompañado del habitual desfile de oportunistas. Apenas conocida la resolución, ciertos personajes aparecieron en redes sociales adjudicándose la autoría del logro, posando como “padres de la criatura” y tratando de capitalizar un proceso que no les pertenece. Se trata de políticos rezagados que aprovechan la cercanía del proceso electoral para ganar visibilidad, aun cuando no hayan tenido participación real en las gestiones decisivas. Este ruido es inevitable, pero no debe distraer a la ciudadanía del fondo del asunto: el proyecto avanza gracias a las instituciones que asumieron la responsabilidad desde el inicio.
No debemos olvidarnos del grupo de jubilados que bregaron para que este nosocomio sea una realidad y que en los últimos meses han sido ellos los que han salido alas calles buscando las soluciones a los problemas.
Ayer, la entrega oficial de la resolución contó con la presencia del presidente ejecutivo de Essalud y del director ejecutivo de Proinversión, las entidades que han trabajado de manera técnica y sostenida para hacer posible que esta obra deje de ser una promesa y se convierta en una realidad tangible. Ese es el verdadero mensaje: que cuando las instituciones funcionan, los proyectos avanzan.
Hoy, el terreno está llano. IBT Health, a través de Chimbote Salud SAC, tiene ya el camino despejado para diseñar, construir y conducir el hospital y el policlínico. Lo que importa es que el nuevo Hospital Especializado está cada vez más cerca, y con él, la esperanza de un sistema de salud más digno para miles de familias.

