Editorial

Los pilares del saneamiento que Chimbote necesita

Grandes Ciudades y PTAR 2:

El proyecto “Mejoramiento y ampliación de los servicios de agua potable y alcantarillado en Chimbote y Nuevo Chimbote”, identificado como CUI 2590437 y conocido popularmente como Grandes Ciudades, constituye uno de los esfuerzos más trascendentales para cerrar las brechas históricas de saneamiento en nuestra provincia. Se trata de una iniciativa que busca dotar de agua potable y alcantarillado a cerca de cien pueblos jóvenes de ambos distritos, zonas que han experimentado un acelerado crecimiento poblacional durante la última década y que, sin embargo, continúan dependiendo de pozos sépticos colapsados o conexiones informales que comprometen la salud pública.

El reciente visto bueno otorgado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) representa un avance decisivo. Este paso se dio tras la solicitud formal del Programa Nacional de Saneamiento Urbano (PNSU), unidad ejecutora adscrita al Ministerio de Vivienda. La aprobación del MEF no es un trámite menor: era indispensable para asegurar el financiamiento externo de la Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD), entidad que ha comprometido recursos significativos para hacer realidad este proyecto. Ahora, la iniciativa deberá pasar por la Contraloría General de la República y posteriormente esperar la emisión del decreto supremo de endeudamiento externo por parte de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).

El caso de Grandes Ciudades guarda una estrecha relación con el avance del proyecto PTAR 2, la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales que también marcará un antes y un después en la gestión ambiental de Chimbote. Este proyecto, financiado con apoyo del Banco de Desarrollo Alemán (KfW), permitirá canalizar y tratar las aguas residuales domésticas antes de depositarlas en el mar mediante un ducto submarino. Lo valioso es que dichas aguas tratadas serán aptas para su reutilización en la agricultura, lo que abre posibilidades de sostenibilidad y reducción del impacto ambiental.

Ambos proyectos PTAR 2 y Grandes Ciudades son complementarios y estratégicos. Mientras uno atacará el severo problema de contaminación que por décadas ha afectado la bahía y el ecosistema marino, el otro permitirá que miles de familias accedan, por primera vez, a servicios básicos dignos, reduciendo riesgos sanitarios, mejorando la calidad de vida y generando condiciones mínimas para el desarrollo urbano ordenado.

Un aspecto que merece destacarse es la participación de organismos de cooperación internacional como KfW y la AFD. Gracias a ellos, ambos proyectos se ejecutarán bajo estándares técnicos y ambientales europeos, con exigencias de calidad que deben garantizar obras duraderas, eficientes y libres de improvisaciones. En un país en el que la infraestructura suele deteriorarse rápidamente por falta de supervisión o mala ejecución, la presencia de estas agencias constituye una garantía de transparencia y rigurosidad.

Chimbote ha esperado demasiado tiempo por soluciones estructurales en saneamiento. Hoy, con Grandes Ciudades y la PTAR 2 encaminados y con financiamiento asegurado, se abre una oportunidad histórica. Lo que sigue ahora es exigir celeridad, vigilancia ciudadana y decisiones firmes para que estos proyectos no se paralicen ni se conviertan en botines políticos. Nuestro futuro sanitario y ambiental depende de ello.