En los operativos que realizó la Contraloría General de la República la semana pasada y que tal como lo han anunciado generarán sendos informes de cada unidad visitada, hay dos informaciones que han sido señaladas y que están referidas con detalle como son los hechos que suceden con los hospitales de Casma y Huarmey; lo que definitivamente es altamente preocupante.
Referente al hospital de Casma, informaron y ratificaron que las obras están paralizadas y cuya culminación tiene fecha incierta, para usar sus propios términos. Como ya habíamos informado en su momento tomando como fuente a la propia Contraloría, la inversión actual de la obra sobre pasa los 400 millones de soles habiéndose triplicado desde sus inicios. La unidad ejecutora es el ANIN.
El otro hospital visitado es el de Huarmey donde el órgano de control comprobó que el avance es del 99%, es decir está prácticamente terminado. Indica que la obra física ya se terminó e incluso la colocación del mobiliario y equipos médicos esta concluida.
Lamentablemente y lo dice directamente existen controversias entre el supervisor y el ejecutor que dificultan la entrega y el inicio de la etapa de recepción del proyecto. En otras palabras, el hospital está terminado y equipado, pero no se ponen de acuerdo las partes y por el momento no se puede utilizar.
El hospital de Huarmey se construyó bajo la modalidad de obras por impuestos con la intervención de la Compañía Minera Antamina y la unidad ejecutora es el Pronis, brazo ejecutor del Minsa. Lamentablemente como los contratos se firmaron antes de pandemia hubo retrasos y que se han prolongado hasta el 2025. A pesar de estar terminado no se puede entregar la enorme infraestructura construida y equipada.
En lo referente al hospital de Casma tiene que tener intervención del gobierno para terminarlo porque lo que falta es financiamiento, pues si no hay el dinero es porque se ha recortado desde el ejecutivo y difícilmente avance.
Los triste y lamentable pasa en Huarmey, porque hay dos partes irreconciliables porque no se ponen de acuerdo. Quizás los informes de contraloría nos otorguen más luces para conocer más a fondo los problemas y comprobar responsabilidades, pero desde ya resulta inaudito que haya partes que no se ponen de acuerdo para resolver las diferencias.
Ese componente político es el que nos hace falta, para resolver los problemas actuales con la ejecución de los hospitales que es harto complicado. Ese componente político es a todas luces lo que hace falta y a pesar de tener 5 congresistas que debieran obligatoriamente de intervenir, pero eso no ha sucedido y las partes siguen enfrentadas y los problemas continúan.
Si se trata de problemas que tienen que ver con la ley de contrataciones del estado entonces se supone que debe haber penalidades, pero como no se conocen las interioridades el asunto sigue en el limbo. Ese componente político también le corresponde al gobernador porque el ahora es presidente de la asamblea de gobiernos regionales y tiene trato directo con el ejecutivo y autoridad para sentarse con las partes.
Los hospitales necesitan ese componente político de manera urgente. En Huarmey ese hospital nuevo y equipado sino se utiliza puede empezar a deteriorarse.

