En el momento de los sismos:
El amor incondicional de padres y madres quedó reflejado la noche del domingo durante el fuerte sismo de magnitud 6.0 que sacudió la costa de Áncash. En medio del miedo y la desesperación, muchos no dudaron en anteponer la seguridad de sus hijos ante cualquier riesgo.
El movimiento telúrico se sintió con gran intensidad en Chimbote, Nuevo Chimbote y distritos cercanos, generando pánico entre la población. Familias enteras salieron apresuradamente de sus viviendas mientras el suelo se movía y los gritos se apoderaban de las calles.
Uno de los casos más conmovedores ocurrió en Nuevo Chimbote, donde una madre de familia vivió instantes de angustia al ver cómo su menor hijo, al sentir el temblor, salió corriendo y gritaba: “¡No me quiero morir!”. En su desesperación, la mujer le pidió que se coloque junto a una columna mientras iba en busca de su otra menor.
Otro hecho se registró en el pueblo joven San Luis, también en Nuevo Chimbote. Un padre de familia, sin pensarlo dos veces, corrió hasta el dormitorio para cargar a su pequeño hijo que dormía, saliendo rápidamente de lavivienda para ponerlo a salvo.
Una escena similar se vivió en el distrito de Coishco, en el local de comidas combinadas Ricola’s. Una familia que se encontraba cenando fue sorprendida por el sismo y, pese al terror, los padres evitaron que sus hijos salieran corriendo del establecimiento para no exponerlos a mayores peligros.
Vecinos de distintos sectores coincidieron en que el temblor fue uno de los más fuertes registrados en los últimos años, provocando la evacuación inmediata de viviendas y locales comerciales, con personas visiblemente alteradas y escenas de desesperación en las calles.
Las autoridades han reportado más de 15 personas heridas, en su mayoría por golpes y crisis nerviosa, además de daños en varias viviendas de Chimbote y Nuevo Chimbote, algunas de las cuales habrían quedado estructuralmente afectadas.

