15 obras paralizadas:
Durante la audiencia en la que rindió cuenta de sus cinco primeros meses de gestión al frente de la municipalidad provincial del Santa, el alcalde Luis Gamarra Alor confirmó, con inocultable vergüenza ajena, que la gestión encabezada por su antecesor, el ex alcalde Roberto Briceño Franco, ha dejado a la ciudad de Chimbote lo que, a nuestro parecer, es una herencia no deseada, algo de lo que ya nos hemos ocupado en anteriores oportunidades. El alcalde Gamarra ha dicho que, efectivamente, la gestión anterior ha dejado un total de quince obras paralizadas, las mismas que, según se ha podido conocer, bordean los 80 millones de soles. ¡Todo un record…de incapacidad!
Ya bastante tiempo y bastante teclado, hemos dedicado a comentar, en este espacio de opinión, las causas y efectos de esta racha de paralizaciones. Algo nunca antes registrado en las páginas de la historia de Chimbote. No obstante, eso no nos exime de nuestra obligación de reiterar, en letras de molde, el enorme daño que estas obras paralizadas ocasionan a grandes sectores de la ciudad. ¿De qué población beneficiada se puede hablar en estas condiciones?. Expresándonos fríamente, esto no es otra cosa que una clamorosa falta de capacidad de gestión y total carencia de identificación con Chimbote.
Si estas obras se hubieran ejecutado dentro del cronograma establecido y bajo las especificaciones técnicas que establecen las normas de gestión del estado, a estas alturas todas ellas ya estarían totalmente concluidas y brindando un necesario servicio a la comunidad. Otro sería el rostro de la ciudad de Chimbote.
No obstante, como ya lo hemos sostenido en un comentario anterior, da la impresión que estaríamos frente a un empecinado y deliberado afán de hacer las cosas mal y de la peor manera, tanto así que, como resultado de este afán, en este momento Chimbote ofrece ante el mundo la imagen de una ciudad bombardeada, pero por orden su propia autoridad.
Una vez más, nos preguntamos ¿a dónde han ido a parar las observaciones y las recomendaciones que la Contraloría General de la República ha hecho con relación a estas obras paralizadas? ¿Ha cumplido el pleno de regidores con su labor de fiscalizar la labor del alcalde y de sus funcionarios?. ¿Qué le impide a la Fiscalía de Prevención del Delito, cumplir con su obligación de intervenir de oficio?
Pero como si este desplante no fuera suficiente, ha empezado a correr el rumor según el cual el ex alcalde Roberto Briceño ya estaría alistando su campaña para participar en las próximas elecciones municipales.
Nos atrevemos a pensar que posiblemente lo hace esperanzado en aquello de que el pueblo tiene mala memoria o se deja llevar por las emociones y el sentimentalismo. A propósito, no estaría de más traer a la memoria que un pueblo que olvida su pasado, está condenado a repetirlo.