Indignados y enfurecidos pobladores se apostaron el pasado fin de semana frente a las oficinas de sedachimbote, en el centro cívico de Nuevo Chimbote, reclamando no solo la falta de agua sino la absurda programación de restricción del servicio que ha implementado la empresa y que mantenía postergado a su sector.
Era un grupo de vecinos de la Urbanización “Los Héroes”, virtualmente vecinos del centro cívico de Nuevo Chimbote, quienes dijeron a la prensa que a pesar que la empresa informa a través de las redes sociales que están entregando de manera racionada el suministro a las diversas urbanizaciones, pueblos jóvenes y asentamientos humanos, precisaron que en lo que respecta a ello no les ha llegado una gota de agua desde hacía una semana antes, justamente desde que se produjo el corte del servicio.
Los pobladores reclamaron no solo por la carencia de agua sino por la deficiencia de una empresa que, a decir de ellos, no ha contado con un plan de emergencia para hacer frente a contingencias de este tipo, lo que de ser cierto resultaría sumamente grave.
Es por ello que el secretario general de esta urbanización anunció que solicitarían formalmente al Ministerio Público que se inicie una investigación a efectos de deslindar responsabilidades y establecer las causas de un desabastecimiento total que ha generado serios perjuicios a la población.
Lo cierto es que los pobladores de la urbanización “Los héroes” reaccionaron como lo ha hecho gran parte de los pobladores del distrito de Nuevo Chimbote que, de pronto, se quedaron sin el suministro de agua y después de tres o cuatro días han venido recibiendo el agua por tres horas diarias y sin presión alguna, con poquísima fuerza.
Sin embargo, el problema es más serio de lo que los propios pobladores se lo imaginan y es que ni siquiera la empresa de saneamiento Sedachimbote ha podido establecer un racionamiento del agua, sino que ha debido apelar a una restricción del servicio que es un régimen mucho más estricto y severo.
Las razones se encuentran, cierto es, en las lluvias y desbordes de ríos y quebradas que se registraron desde el pasado martes 14 de este mes, los huaicos que descendieron por lugares insospechados, como el caso de la entonces acequia “Shisho” del vecino distrito de Coishco y que llegó a interrumpir el tráfico vehicular porque ya se ha convertido en cauce de un río por el que llega gran cantidad de agua.
Lo mismo ha ocurrido en la zona agrícola del valle de santa, en Vinzos, Rinconada y Cascajal que son los lugares que han padecido la furia de la naturaleza y han visto como estas corrientes de las quebradas han arrasado con todo, incluido, el canal principal del proyecto especial Chinecas que forma parte de la red que lleva el líquido elemento que luego se tomará en las pozas de almacenamiento de Sedachimbote y que está destinado al consumo popular.
En otras palabras la empresa Sedachimbote se quedó sin agua para distribuir a las redes domiciliarias, apeló a un sistema de urgencia por el cual recogía aguas de filtración de las zonas de regadío del río Lacramarca y las llevaba a su planta de tratamiento para poder entregar de manera restringida a la población.
Su plan de emergencia consistió en implementar un canal alterno que remplace perentoriamente sus tomas de captación y lo hizo en el canal Carlos Leigth, es decir, ya en la zona de Chimbote en donde manejaba las aguas del Río Lacramarca, de tal suerte que mientras no se pueda reparar el canal principal abastecería a Nuevo Chimbote desde esta toma de emergencia, inclusive, cuando los ministros tomaron conocimiento de esta situación dispusieron el envío de maquinaria para poder agilizar este trabajo y terminarlo lo más pronto posible de tal suerte que el suministro agua no siga siendo un perjuicio para la población.
Sin embargo, cuando se hace frente a estragos generados por la naturaleza es difícil sostener de manera contundente que es lo que sucederá porque de pronto las cosas se salen de control y la furia de las corrientes sigue generando problemas, como ocurrió con el famoso canal alterno de Sedachimbote, a las pocas horas de anunciarlo y ante la inminencia de ponerse en marcha para salvar el problema del desabastecimiento, un nuevo huaico generado por las inclementes lluvias en la zona de la sierra acabó con los planes de los funcionarios, destruyó el canal alterno y había que comenzar de cero.
Asumimos que en estos días pueden haber superado este impase en la medida que los caudales de los ríos han descendido notablemente ante una baja de las precipitaciones, tal como lo había adelantado el servicio de meteorología, de tal suerte que el abastecimiento podrá regularizarse nuevamente en un 90% como lo habían pronosticado los funcionarios, empero, en medio de toda esta lamentable historia siempre queda la sensación de una falta de preparación para una emergencia.
Ello porque en cualquier actividad, sea básica o secundaria, siempre debe existir un “plan B”, todas las entidades deben contar con alguna alternativa que resulte viable y efectiva cuando sus procedimientos regulares se interrumpen o sufren alguna merma, para ello la empresa de saneamiento se reúne constantemente con las autoridades e instituciones y elaboran un plan de contingencia, en el caso de Sedachimbote ello significa que debe tener alguna alternativa para el desabastecimiento de agua ante alguna emergencia.
Lamentablemente, la empresa ha demostrado que no lo tenía o que aquel que esgrimía como tal no cumplía el objetivo, que las proyecciones realizadas por sus técnicos han fracasado y que una lluvia que no ha mostrado los caracteres aluvionales y catastróficos como se ha registrado en la zona norte del país, la puso en serios aprietos.
Que sirva este lamentable período de emergencia como experiencia para los técnicos de la empresa a efectos de advertir las reales consecuencias de los fenómenos al que nos expone la naturaleza y que se tomen todas previsiones del caso ante lo que era evidente, es decir, la interrupción de la captación de agua por la quiebra del canal principal como ha ocurrido en otras ocasiones. No se puede se puede salir al frente sin un efectivo “Plan B” como ha ocurrido en esta oportunidad.