Cuidado, con las poses políticas:
En un comprensible pero, al mismo tiempo, desesperado intento por sacudirse de la avalancha de críticas que a diario recaen sobre su desafortunada gestión, el gobernador regional, Fabián Koki Noriega Brito, no ha tenido mejor idea que pretender lavar su imagen utilizando el engañoso método del lenguaje altisonante y las posturas políticas, que seguramente alguno de sus asesores debe haberle sugerido.
Lo acaba de hacer el último fin de semana, aprovechando en forma antojadiza el evento “Fortalecimiento de la Cuenca del Santa 2023”, supuestamente convocado para tratar todo lo relacionado con el tema de las intercuencas. Ocurre que, en lo que ya parece ser una nueva costumbre, el evento se desarrolló en el local de una institución educativa de Cascajal, el centro poblado que últimamente se ha convertido en escenario favorito del gobernador, cada vez que convoca a esta clase de reuniones.
Pero por lo que se puede advertir, el gobernador regional se ha dejado seducir por la frivolidad de la fanfarria, las portátiles y los cantos de sirena que menudean en esta suerte de concentraciones premeditadas. Así lo puso en evidencia el mitin político con el que finalizó la cita. Ahí se ha podido ver nuevamente en acción, a conocidos bocineros que hace quince años integraron esa vandálica tropa de fanáticos a sueldo conocida como “los comandos”. Derecho tiene el gobernador a darse un baño de popularidad, pero pensamos que se equivoca cuando cree que ese baño de sanación, que en nada se diferencia a un acto de curanderismo, le va a reportar buenos resultados.
Que su gestión y su imagen experimenten una mejoría, es algo que todos quisiéramos que suceda. Y lo antes posible. Pero eso no va a depender de aplausos pagados, ni de las publicaciones que a través de las redes sociales emprenda el selecto grupo de “amigos de la prensa”, que cubren la reunión.
Si el gobernador Koki Noriega desea realmente elevar su nivel de aprobación y mejorar su imagen, todos deseamos, tendrá hacer lo que algunos organismos del estado, entre ellos la presidencia del Consejo de Ministros y Pro Inversión, le han invocado públicamente. Es decir, que opte por una buena gestión para lograr la ejecución de los proyectos de desarrollo regional que tiene en sus manos y, cuando el caso lo requiere, tenga la disposición de la mesa de negociaciones para dialogar con altura, con ideas, y en el marco de las normas técnicas y legales. No pateando el tablero, ni creyendo que las cosas se resuelven convocando paros y arrojando piedras.
Lo sucedido con el Hospital Ramos Guardia, debe servir de advertencia. Si la empresa minera Antamina dio marcha atrás en la ejecución de esta obra por impuesto, lo que se ha debido hacer es optar por una nueva negociación; sin romper el diálogo y sin necesidad de convocar un paro político, que al final de nada bueno ha servido ya que más bien ha terminado por empeorar las cosas. Esperemos que la mesa técnica que se han instalado, ayude a superar este mal momento.
Asimismo, como equivocadamente se pretende hacer creer, la ejecución de Chinecas no va a depender solamente de la formulación un buen estudio de pre inversión, cuya convocatoria ya fue lanzada. En la misma medida, la ejecución de Chinecas va a depender de la solución que el gobierno regional de Ancash tenga que dar, sí o sí, al problema de los invasores. Por muy valioso y convincente que pueda ser el estudio de pre inversión, mientras exista un solo invasor, Chinecas seguirá siendo un proyecto inejecutable.
Si el gobernador regional decide actuar como se lo está pidiendo el gobierno central, en buena hora. Bien por él y bien por Ancash. De poses políticas, ya estamos hasta la coronilla. Si no, recordemos las “marchas de sacrificio” que César Álvarez Aguilar realizaba a Lima, con gastos pagados por Chinecas, cada vez que el presupuesto de las obras se esfumaba en coimas y pago de portátiles. La historia nos ha demostrado que, con poses políticas, nada se resuelve. Por el contrario, todo se complica.