AHORA HUANUCO
La protesta de los pobladores de Llatas, un distrito de la provincia de Humalíes; Huánuco, es por demás irreflexiva, pero nos muestra la forma como elementos antimineros provocan estas situaciones, porque justamente sucedió cuando finalizaba el encuentro PERUMIN, llevado a cabo en Arequipa. Convención minera con presencia de todos los sectores privados, públicos y gubernamentales. El asunto es que Llatas y sus aledaños están aproximadamente a unos 30 kilómetros de la zona límite con Ancash y que, por supuesto, esa zona tiene influencia con la mina. Nos referimos al límite. La salida que tiene esa población hacia la costa, o en todo caso hacia la carretera Huaraz – Pativilca, es precisamente la carretera que conecta a la mina, el acceso es por ahí y, por eso, vienen las protestas que, según dicen, no es de ahora; sino años atrás. Ahora, Antamina se desarrolla en la región Ancash, no tiene absolutamente nada que ver con Huánuco, pero ya le han endosado este problema, cuyas protestas se han producido en el propio centro operativo de la mina. El asunto es que los antimineros propalan estos problemas con doble sentido, tergiversan los hechos y transmiten lo que sucede de manera sesgada. En ningún momento propalan, ellos, que Llatas se encuentra en Huánuco y la mina está en Ancash. El asunto es que, la minera Antamina tendrá otro problema más, pero no es de Ancash; sino también de Huánuco. Esos treinta kilómetros existentes es lo que ha servido para que se sientan con autoridad y reclamar. Es importante precisar que, esas carreteras que reclama Llatas le corresponde al gobierno regional de Huánuco, o en todo caso, al Ministerio de Transporte y Comunicaciones.
PRIMER NIVEL DE ATENCIÓN
Desde el fin de semana, se habla y se analiza en los diferentes medios de comunicaciones nacionales, regionales y en las redes sociales, sobre los puestos de salud, que son el primer nivel de atención a nivel nacional. Ocurre que, ese primer nivel de atención depende exclusivamente de sus respectivas redes de salud y consecuentemente, del gobierno regional correspondiente. Así se dispuso, mediante la Ley de Descentralización. Pues, los sectores salud, educación y transportes y otros, pasaron a forma parte de los gobiernos regionales. La eficacia y el manejo de la salud depende exclusivamente de las redes de salud tanto administrativamente como en la parte médica. Esa primera línea de atención son las postas y los puestos de salud, por ahí debemos empezar, que están categorizados desde I-1 hasta I-4, cada uno con las características que le corresponde. Desde el sábado hasta ahora se ha escrito muchísimo, incluso, algunos dicen que los I-1 no deben existir, lo que ocurre que estos establecimientos son los últimos de esta cadena, pero donde llegan los que menos tienen. Lamentablemente, a pesar que los presupuestos de salud han aumentado en los presupuestos de cada año, eso no se siente ni se observa en ese lugar de primer nivel de atención. Todo depende del gobierno regional de turno, pero la realidad nos indica que no hay ninguna gestión que haya mejorado la penosa realidad. Los I-1 abren 8 de la mañana y cierran 8 de la noche.
FRACASO
Estos puestos I-1 los ha conocido la opinión pública desde el sábado en adelante, porque ocurrió que el Vicepresidente del Congreso de la República; Hernando Guerra García, llegó grave a uno de estos establecimientos, pasadas las 10 de la noche, cuando estaba cerrado, en el lugar denominado Punta Bombón y tuvo que ser trasladado a otro lugar donde había un hospital, llegando tres horas las tarde. Arribó cadáver. Esta situación es normal en el Perú profundo, ocurre a menudo, pero ahora la noticia se abrió paso y se mantuvo de manera permanente durante tres días y, quizás hasta ahora. El sistema cambiará cuando se hagan las cosas diferentes. Primero tenemos que reconocer que la descentralización es un fracaso y, posteriormente, tenemos que pensar en la reorganización o reingeniería del sector salud, que solo será viable cuando no haya de por medio los favores políticos.
VILLA MARÍA
Queremos agregar el caso del puesto de salud de Villa María, cuyos dirigentes del sector gestionan un terreno para dicho establecimiento, pues ahora ocupa un inmueble de 110 m2. Si consiguen ubicar el terreno, esa gestión debe tener la bendición política del gobernante de turno, posteriormente debe venir el saneado del terreno para ponerlo a nombre de la unidad ejecutora y, finalmente que la unidad ejecutar lleve adelante el proyecto. El camino es tortuoso, pero si quieren un puesto de salud distinto tendrán que recorrer ese camino difícil.