Un inusitado movimiento de autoridades y organismos de auxilio y asistencia como los municipios, bomberos y los cuerpos de serenazgo, se observó la semana pasada con ocasión de un incendio forestal registrado en los totorales del P.J. Villa María, en la zona aledaña a la Laguna de Oxidación “Las Gaviotas”.
Aun cuando la quema de las áreas verdes que existen en la zona no resultan una novedad, pues se han repetido desde mucho antes, en esta oportunidad el problema adquirió ribetes preocupantes en la medida que la estela de humo no solo se elevó en grandes cantidades sino que por la acción del viento ya no solo perjudicó a los choferes que transitan por la panamericana o la avenida Pardo sino que llegó a varios pueblos jóvenes y hasta el mismo centro de la ciudad.
Lo más grave es que se generó una escandalosa contaminación provocada por los gases tóxicos del humo y las cenizas que quedaron regadas por muchos pueblos jóvenes en donde las amas de casa vieron como la ropa que estaba tendida y hasta sus propios enseres estaban sucios con los restos de esta densa humareda.
La dimensión de los humos fue tal que al segundo día, cuando se mantenía el fuego y se extendía mucho mas el humo por la ciudad, la alcaldesa provincial Victoria Espinoza y el alcalde distrital de Nuevo Chimbote, Valentín Fernández Bazán se vieronÂÂ precisados a desplazarse hasta este lugar llevando a sus unidades de asistencia como cisternas y personal que busque la manera de apagar el fuego, asistiendo de esta manera la titánica y sacrificada labor de los Bomberos.
Las motobombas que llegaron con ocasión de la emergencia del Niño Costero sirvieron en esta oportunidad para aplacar el fuego con las aguas de la laguna de oxidación, pues existía un enemigo imbatible como el fuerte viento que no solo impedía que el fuego se apague sino que ayudaba a que éste se extienda mucho más.
Lo cierto es que las llamas solo pudieron ser extinguidas después de unas 40 horas con el pernicioso saldo de una descomunal contaminación que soportó la ciudad y la suciedad que dejaron las cenizas por todos los sectores que fueron ganados por la densa humareda que se observaba desde todos los puntos de la ciudad.
Lo curioso es que no se conoce cuáles fueron las reales causas de este incendio de las áreas verdes de los totorales aledaños a la laguna de oxidación, allí crecen unas ineas que son utilizadas por los tejedores de esteras y muebles de junco y se dice que son ellos los que necesitan quemar las áreas verdes para obtener el material y permitir que nuevamente crezcan en la forma tan natural como aparecen.
Otros afirman que los incendios son generados por drogadictos que llegan a consumir estupefacientes a esa alejada zona aprovechando su soledad y arrojan las colillas de cigarros de manera inadvertida y son ellas las que posteriormente prenden el fuego.
Algunos otros han llegado al extremo de sostener que estos incendios son generados por empresarios inescrupulosos que tratan de ganar terreno con la finalidad de invadirlos en la medida que son áreas libres, sin embargo, ésta ha sido solo una especulación nacida en los exabruptos que aparecen en las redes sociales.
Lo único cierto es que en este lugar ya son varias las veces que se generan estos incendios que provocan densas y perniciosas humaredas, se lanzan ingentes cantidades de gases tóxicos al ambiente y se contamina de manera criminal en la ciudad, razón por la cual algo tiene que hacerse para detener esta quema indiscriminada de maleza y humedales.
Pero no solo es la contaminación la que se genera con estos incendios, también se atenta contra el hábitat de la fauna de la zona, las aves se alejan, las especies que aspiran un aire contaminado de tóxicos se mueren y eso no puede permitirse en un mundo en donde la acción del hombre es la que destruye poco a poco la capa de ozono y está generando el efecto invernadero que se considera la causante de muchos fenómenos climatológicos de caracteres destructibles.
No se puede soslayar que la zona donde se generan esta quema de las áreas verdes es bastante alejada y muy difícil de controlar, por lo que se tendrá que ver la manera de restringir el acceso a las mismas, la empresa Sedachimbote que tiene la Laguna de Oxidación en ese lugar puede cercar la zona para impedir el ingreso de extraños y los Municipios deberían disponer a un patrullaje por el lugar a efectos de impedir que los promotores de este fuego vuelvan a generar perjuicios a la población.
Pero desde ya la Policía Ecológica y la Fiscalía del Ambiente, dependencias especializadas para la investigación de delitos que atentan contra el medio ambiente, deberían haber levantado las actas y decidido el inicio de sendas investigaciones para los efectos de investigar y descubrir quiénes son los responsables de estos incendios que están causando serios estragos en nuestra ciudad.
El ultimo siniestro no puede pasarse por alto, se tiene que indagar y conocer quiénes son las personas que habitualmente transitan por el lugar, incluso se debe recurrir a los vecinos de los últimos sectores de Villa María, como Las Brisas, Tiwinza y tantos otros que existe en el lugar con la finalidad de declaren como testigos sobre la presencia de extraños en la zona y la posibilidad de elaborar identifacs con los cuales se puede trabajar un seguimiento.
Lo que se requiere en este momento es actuar, las autoridades competentes no pueden seguir cruzadas de brazos ante la quema indiscriminada de las áreas verdes de Villa María y 27 de octubre que generan densas y nocivas humaredas, hay que detener esta actividad delincuencial y se tiene que comenzar investigando quienes pueden ser los potenciales responsables.
Hay que tener en cuenta que de por medio está la salud de la población que se ve expuesta ante los gases de la densa humareda, por lo tanto, se tiene que comenzar admitiendo que estamos ante un problema garrafal que requiere la atención de todas las dependencias que están involucradas en el tema, inclusive, se debería conformar una mesa de trabajo a efectos de establecer acciones coordinadas con la finalidad de poner coto a todo esto.