Editorial

Editorial: ::: UNA BURLA SIN IGUAL :::

Personal de operarios de la empresa Sedachimbote, descubrieron la semana pasada una tubería clandestina que había instalado la empresa pesquera “La Chimbotana” con la finalidad de trasladar sus efluentes de su actividad fabril al colector doméstico que pasa por la zona y que recoge las aguas servidas que llegan de las viviendas.

El hallazgo se hizo en el marco de un operativo emprendido por varias entidades pues a Sedachimbote se sumaron los representantes del área de Salud ambiental de la Municipalidad Provincial del Santa., de la Policía Ecológica y de la Fiscalía medio ambiental que constaron este hecho y levantaron un acta con la infracción.

Pero este descubrimiento no ha sido una cosa sencilla, por el contrario, el operativo de las autoridades debió prolongarse por varias horas en la medida que los operarios debieron realizar una serie de excavaciones para poder hallar la tubería clandestina en la medida que estaba sigilosamente enterrada.

De allí que la acción de las autoridades haya concluido casi en horas de la noche en razón que se trata de una instalación oculta y subrepticia, una conexión que resulta ilícita y delictiva y frente a la cual las autoridades no solo deberían sancionarla con una multa, por el contrario, teniendo en cuenta la gravedad de este accionar se debería denunciar penalmente y asumir otra clase de sanciones a nivel administrativo.

Y es que la empresa pesquera no solo trata de sacarle la vuelta a la empresa de saneamiento cargándole sus desechos industriales por un colector que solo soporta las evacuaciones del alcantarillado doméstico, sino que hace tabla rasa de las disposiciones legales que obligan a las empresas de este giro a tener que sumarse a un emisor submarino que garantice que sus evacuaciones industriales se envíen mar afuera y dejen de contaminar la Bahía de Chimbote como lo han hecho a lo largo de 50 años.

Lamentablemente, el emisor submarino se hizo realidad después de muchos años, inclusive, dejando a la mayoría de plantas industriales en grave falta al no haber operado desde la fecha límite que tenían para ponerlo en funcionamiento, empero, existe un grupo de empresarios que se resisten a anexarse al mismo y tratan de sacarle la vuelta a la ley con una serie de subterfugios, como el que ha detectado el pasado fin de semana la empresa de saneamiento en “La Chimbotana”.

Todo este se produce porque un numeroso grupo de empresarios pesqueros se acostumbraron a ganar a manos llenas sin tener que invertir nada, al fin y al cabo ellos solo tienen que lanzar sus redes y sacar el pescado, no les importa si es chico grande, no les interesa quien los cuida y los preserva, no tienen que alimentarlos y menos invertir en reproducirlos y mejorarlos.

Entonces si esto es así en ese nivel ¿Qué se puede esperar de los empresarios pesqueros en la etapa productiva? Pues conductas ladinas como la que ha detectado Sedachimbote, como aquellas que en determinado momento denunció la propia organización Aproferrol que fue la que instaló y administra el emisor submarino y la cual se vio precisada a tener que responder a denuncias penales absurdas que buscaban torpedear el funcionamiento de este sistema de evacuación de desechos industriales, son comunes en la actividad pesquera.

En conclusión, existe una casta de malos empresarios que cuando tienen que “meter la mano al hígado”, como se dice en criollo, lo que buscan es sacarle la vuelta a la ley, apelan a esta clase de acciones subrepticias para seguir operando sin necesidad de pagar los derechos que le correspondería por someterse a las normas del PACPE, es decir, del plan ambiental complementario pesquero que estableció las obligaciones del empresariado en lo que se refieren a la evacuación de sus efluentes, los límites permisibles y el tratamiento previo de sus desechos orgánicos antes de ser lanzados mar afuera.

Por ello es que se encuentran empresarios como los que hoy manejan la empresa pesquera “La Chimbotana”, no encontramos alguna otra explicación ni justificación a semejante infracción y acción dolosa como representa la instalación de una tubería clandestina para desviar sus desechos industriales al colector doméstico, inclusive, a sabiendas que una acción de este tipo lo único que provoca son atoros y desbordes de aguas servidas por las calles y las viviendas.

De acuerdo a lo que se ha informado en la intervención de las autoridades no se encontraba ningún representan de la OEFA, que es el organismo de evaluación y fiscalización ambiental adscrito al Ministerio del Ambiente y que está encargado de supervisar el adecuado equilibrio entre la inversión privada con las actividades económicas y la protección ambiental, en otras palabras tiene plena y absoluta competencia cuando se trata de hacer cumplir a las empresas pesqueras con implementar sus sistemas de evacuación industrial de acuerdo a lo que establecen las normas.

Y es que la intervención de las autoridades en la empresa pesquera “La Chimbotana” pone en evidencia una infracción de este tipo, en este caso debería haberse notificado a la OEFA que cuenta con una oficina en Chimbote y tiene personal que debería realizar estos hallazgos porque forman parte de la esencia de su actividad funcional.

Justamente, la intervención de la OEFA garantizaría que la autoridad establece su imperio y es capaz de sancionar estas infracciones no solo con una multa sino que hechos de esta naturaleza deberían ser castigados con el cierre y la clausura temporal o definitiva de las empresas que se zurran en la ley.

Ya es momento de establecer un precedente categórico en estos casos, no es la primera vez que los operarios de Sedachimbote, la Fiscalía y el Municipio ponen al descubierto instalaciones clandestinas de este tipo, empero, hasta la fecha no se sabe de alguna sanción o denuncia contundente contra los responsables, por lo menos hasta la fecha existe una escandalosa impunidad en este aspecto, por ello serpia pertinente que ahora que se ha puesto al descubierto este manejo doloso y abusivo por parte de las empresas pesqueras, ahora que se comprueba que ellas protagonizan constantemente una burla sin igual en este sector, las denuncias penales y las sanciones drásticas como el cierre, clausura o la cancelación de la licencia ya deben comenzar a imponerse sin miramientos. Esperemos que este caso no represente uno más de los muchos que extrañamente han pasado por agua tibia.