Teatro Municipal:
La obra ni siquiera se inaugura. Tampoco se concluye a pesar de haberse vencido hace rato el plazo de su ejecución. Aún así, el Teatro Municipal de Chimbote está dando lugar a muchas noticias desalentadoras; todo ello debido a las graves deficiencias que se advierten en su construcción. Pero estos errores no son casuales. Son parte de un drama de la vida real que afrontan numerosas obras públicas que se ejecutan en Chimbote.
Como sabemos, el 11 de febrero del 2022, durante la gestión el ex alcalde Roberto Briceño Franco, la Municipalidad Provincial del Santa y la Empresa Pesquera Exalmar S.A. suscribieron un convenio para financiar la ejecución del Teatro Municipal de Chimbote, bajo la modalidad de obra por impuesto.
Inicialmente, el presupuesto del proyecto fue establecido en S/14´019,155.09 para ser ejecutada en el plazo de 330 días. Pero como ha sucedido en la mayoría de las obras iniciadas en dicha gestión, las modificaciones en el camino, no tardaron en aparecer. Días antes del inicio de su ejecución, el presupuesto fue incrementado a S/ 19´136,655.50, mientras que el plazo de ejecución se redujo a 240 días. Ello no obstante, con todas las modificaciones habidas y por haber, el pueblo de Chimbote tenía la firme esperanza que la entrega y la inauguración de esta obra iban a llevarse a cabo a más tardar para la festividad de San Pedrito del presente año. Cosa que desafortunadamente no fue así.
En varios informes elaborados por la Contraloría General de la República, se ha establecido en forma fehaciente que la ejecución del Teatro Municipal de Chimbote adolece de serias e incontables deficiencias. Como hemos dado a conocer en nuestra edición de ayer, una de estas deficiencias se aprecia en el recinto destinado para la presentación de las orquestas. Definitivamente, dicho recinto no reúne las condiciones técnicas que se requieren para este propósito. Siendo así, las orquestas tendrían que irse con su música a otra parte.
Pero esta reciente observación se suma a muchas otras que ya se han dado a conocer a través de otros informes de control, sin que hasta el momento hayan sido subsanadas. Entre estas deficiencias, dos de las más graves son la falta de una puerta auxiliar o de emergencia y la falta de una playa de estacionamiento. Detalles de los que ningún teatro del mundo puede prescindir.
Se ha señalado asimismo que por parte de la Municipalidad Provincial del Santa se ha identificado un total de 1014 observaciones, en tanto que por el lado de la empresa Exalmar esta cifra sería de 1005; lo que dice mucho de la improvisación y de la falta de seriedad con la que se gestionó y emprendió esta obra.
Por otro lado, hay que tener presente que la construcción del Teatro Municipal no es una obra cualquiera. Por ser la primera gran experiencia de una obra por impuesto, estaba en la obligación de ser un modelo de gestión pública en alianza estratégica con la empresa privada. Era la oportunidad para establecer un antes y un después, pero todo indica que pudo más la ligereza y el lado frívolo que a veces impera en la gestión pública.
Pero hay otra razón por la que esta obra estaba obligada a ser una excepción y marcar la diferencia. Para aprobar su ejecución, primero se tuvo que aceptar la destrucción del coliseo Paúl Harris, un recinto histórico y emblemático de Chimbote, donado generosamente por Rotary International, que ha sido escenario de inolvidables hazañas deportivas y culturales. La medicina ha resultado peor que la enfermedad.
Cuando falta dos meses para que se cumplan dos años del contrato firmado para la construcción del Teatro Municipal, es una lástima que esta obra, todavía inconclusa, ya sirva de escenario a un drama de la vida real.