La razón por la que existen tantas obras públicas paralizadas que causan un enorme malestar a la población de Chimbote, no es otra que la aprobación y puesta en ejecución de expedientes técnicos mal elaborados. Si estos documentos hubieran sido concebidos correctamente, siguiendo al píe de la letra las disposiciones y procedimientos que norman el proceso de contratación con el Estado, otro sería el destino de estas obras y otra la suerte de Chimbote.
Lamentablemente, detrás de cada obra paralizada, con millones de soles de por medio, existe un expediente técnico totalmente deficiente; un expediente plagado de gruesos errores técnicos y de toda índole, cuyo contenido difiere y se contradice groseramente con la realidad.
Prueba de esta perjudicial incoherencia son, por ejemplo, la situación en la que se encuentran el hospital El Progreso, la Carretera Puente Aéreo – Campamento que pasa por el centro de Cascajal, las avenidas Pardo y Costanera, así como los complejos deportivos San Juan y El Polvorín. La aprobación del expediente técnico de estas obras, ha puesto en evidencia un desbocado apresuramiento en convocar el proceso de licitación y firmar el contrato de obra a como dé lugar, sin antes haberse adoptado las previsiones técnicas y legales del caso.
Pues por todo lo que estamos viendo en estos últimos días, tal parece que la mala experiencia de estas obras es una lección que nadie quiere aprender y que amenaza con repetirse una y otra vez. Como hemos dado cuenta en nuestra edición de ayer, la Contraloría General de la República ha revelado la existencia de siete observaciones en el expediente técnico de la obra de enrocado que ejecutará la municipalidad provincial del Santa en la zona costera de Florida Baja y Florida Alta, con una inversión de 47 millones de soles.
La obra estará ubicada entre los jirones Santa Rosa y Ramón Castilla y tendrá como objetivo principal proteger del embate de las olas la integridad no solo de la avenida Costanera sino también de las viviendas del sector, que se encuentran constantemente expuestos al azote de este fenómeno natural.
El órgano de control del estado ha informado que el expediente técnico de la referida obra de defensa, no ha considerado el estudio acerca del comportamiento de las mareas y oleajes, y tampoco el estudio de mecánica de suelos; algo que, en caso de confirmarse, podría considerarse una grave omisión.
Es imposible que una obra construida a la orilla del mar, no cuente con el respaldo de estos estudios básicos y de primera necesidad. Sin esas consideraciones técnicas, la obra correría el riesgo de colapsar en cualquier momento por su propio peso, como ya sucedió el 29 de enero del año pasado con el derrumbe de la avenida Costanera.
Otra de las observaciones hechas por la Contraloría General de la República es el hecho que el expediente técnico no especifica, con total claridad, ni la procedencia ni la calidad del agregado pétreo (roca) que se utilizará en la ejecución del enrocado. Es inaceptable que no se sepa a ciencia cierta y con la debida anticipación, la calidad del material que se va a emplear.
Por su parte, el expediente técnico de la obra de drenaje pluvial de la zona La Balanza (ex Baldosa), que también ejecutará la municipalidad provincial del Santa con una inversión de 16 millones de soles, adolece igualmente de serias observaciones. Los encargados de elaborar el expediente no han previsto el cruce que se producirá inexorablemente con las redes de agua, desagüe, telefonía y gas, que ahí existen. Una verdadera bomba de tiempo.
En vista que ambos expedientes han sido aprobados por la gerencia de Infraestructura de la actual gestión municipal, tendrá que ser esta dependencia la se apure en subsanar dichas observaciones. Es mejor prevenir que lamentar. Por tanto, ya es hora de acabar con el martirio de expedientes técnicos mal elaborados, que tanto daño le hacen a Chimbote.