Fernando Zambrano Ortiz
Analista Político
La presidenta Dina Boluarte debería dedicarse a matar los mosquitos que están causando la muerte de peruanos, y dejar de inmiscuirse en decisiones que corresponden única y exclusivamente al Congreso de la República del Perú, como es la acusación e inhabilitación de los miembros de la Junta Nacional de Justicia. Casualmente un actuar parecido llevó a la vacancia de Vizcarra.
No es que el Congreso de la República del Perú esté pensando en una vacancia, pero debe ser consciente que la gobernabilidad que se ha otorgado a su gestión, tiene su razón de ser en evitar que el país continúe con altos niveles de inestabilidad política, y no por simpatía o empatía política.
No se trata, pues, de un respaldo a Dina Boluarte, es un compromiso con el país y su estabilidad política. Respaldo que, mientras más se aproxime la etapa electoral, irá perdiendo y su situación se complicará cada vez más. Si ahora opta por enfrentar al Congreso de la República del Perú, está arriesgándose a perder su ya escaso nivel de gobernabilidad.
La presidente sabe que tiene algunos temas que tendrán que ser resueltos en el Congreso de la República del Perú, como la denuncia constitucional que interpuso la Fiscal Benavides por los muertos en las revueltas, y que también alcanza a Alberto Otárola. Esas denuncias constitucionales persiguen al funcionario hasta después de dejar el cargo, como ocurre con Vizcarra, Toledo y Humala.
En conclusión, Dina Boluarte debe asimilar la respuesta que tendrá desde el Congreso de la República del Perú si, por sus declaraciones y la gestión de intereses de su premier, no se aprueba la acusación e inhabilitación de quienes actuaron transgrediendo la Constitución.