La verdad de la ULADECH:
Solo en momentos decisivos, comúnmente llamados de vida o muerte, acuden a la memoria dos refranes axiomáticos que jamás dejan lugar a dudas: cuando todo está perdido, solo Dios puede salvarnos; y, lo último que se pierde es la esperanza. Ante el comprensible estado de angustia y pesadumbre por el que atraviesa la ULADECH, estos dos refranes parecen ser la última tabla de salvación para que esta casa de estudios obtenga el preciado licenciamiento de SUNEDU.
Bajo este predicamento, la comunidad educativa de esta casa de estudios superiores ha organizado una vigilia de oración para elevar sus plegarias al Ser Supremo y de esa manera obtener el milagro del licenciamiento académico. La vigilia tendrá lugar el próximo lunes 13, Día de la Virgen, de 7 á 10 de la noche en el auditorio de la universidad, cita a la que han sido invitados alumnos, plana docente, personal administrativo y egresados.
Lo que la ULADECH debió haber hecho desde su primer día de funcionamiento y durante todos sus años de su existencia, lo han dejado para este momento crucial, cuando el destino de la universidad se encuentra en el umbral que separa la continuidad o el cierre definitivo. Cualquiera que sea el resultado, después de eso ya no habrá marcha atrás. En los últimos cuatro años, la ULADECH ha tenido hasta tres oportunidades para obtener el licenciamiento, y lo hubiera obtenido con solo cumplir lo que establece la Ley de Reforma Universitaria.
Pero todos en Chimbote sabemos que la actual coyuntura no es producto de la mala suerte ni se debe a razones adversas o impredecibles. Al contrario. Durante más de veinticinco años, y mientras estuvo bajo el reinado y gloria de la Asamblea Nacional de Rectores, la ULADECH dio signos de ser una institución, al menos, económicamente solvente. Ello no obstante, ya por entonces se hablaba a media voz de graves irregularidades, precisamente en el manejo económico, y era notoria la ocurrencia de insalvables aberraciones que se cometían en el aspecto académico.
Uno de esos malos manejos tiene que ver con la compra indiscriminada de locales diseminados en Chimbote, Nuevo Chimbote, Lima y otras ciudades del país, que van desde discotecas hasta pistas de baile; todo ello sin el mínimo criterio académico y solo con el afán mercantilista propio de cualquier agencia inmobiliaria. Con todo el dinero invertido en esas costosas e innecesarias adquisiciones, la ULADECH pudo fácilmente construir una ciudad universitaria, con todos los lineamientos y certificaciones que dicta la gestión universitaria.
Lógicamente, todo este mal manejo se hizo con el beneplácito no solo de la Asamblea Nacional de Rectores sino también de la propia asamblea universitaria, muchos de cuyos integrantes continúan en ese cargo hasta el día de hoy. Fueron precisamente los miembros de esta asamblea quienes permitieron que el rector de la ULADECH sea elegido ilegalmente hasta por cinco periodos consecutivos, convirtiéndose además en uno de los rectores mejor pagados del mundo.
Pensamos que la vigilia de oración del lunes 13, debería empezar con un arrepentimiento de todo lo malo que se ha hecho y de lo que se ha permitido. Solo así, la mano de Dios podría ser la salvación.