¡El colmo!:
“En un primer momento se nos informó que por la emergencia (desperfecto de la máquina de rayos X) procederían a alquiler otro equipo, pero nada. Luego se nos dijo que lo iban a arreglar y tampoco. Lo cierto y concreto es que hay muchísimos pacientes esperando ser operados, tal es así que mi persona debería estar internado en el área de traumatología (por fractura del hueso radio), pero estoy en un ambiente de ginecología”.
Esta patética revelación acerca de la cruda realidad que se vive en el Hospital III de Essalud-Chimbote, fue enviada a nuestra redacción a través de un whassap por el abogado Aldo Castañeda Antón, uno de los miles de asegurados que padecen a diario la falta de un buen servicio por parte de este ya colapsado centro de salud.
En más de una oportunidad y en este mismo espacio de opinión, nos hemos ocupado acerca de las graves deficiencias de las que adolece este establecimiento de salud, que cada día está más lejos de brindar una esmerada atención, que con todo derecho reclaman los asegurados. Por algo aportan a Essalud.
No hace mucho nos ocupamos de las protestas que hizo el personal de enfermería con relación al calamitoso estado en el que aún viene funcionando el servicio de emergencia, donde los pacientes duermen en los pasadizos y tienen que sobreponerse a la falta de equipos y medicamentos. A estas alturas dichas carencias son impropias de una institución que recauda miles de millones de soles por aportaciones que se descuentan directamente por planilla.
Como si esto no fuera suficiente para ahondar el malestar de los asegurados, hay centenares de pacientes que hace meses se encuentran a la espera de una cita médica o de una transferencia, ya sea a Lima o Trujillo, para someterse a una intervención quirúrgica o para acceder a un tratamiento especializado, sin que hasta ahora lo consigan.
Es indudable que detrás de esta pésima atención, de la carencia de equipos y de la falta de medicamentos, hay una enorme laguna de capacidad de gestión. No es solamente el aspecto material lo que hace eficiente al servicio de salud. Es el factor humano, la capacidad de utilizar los recursos materiales y la predisposición para adelantarse a las contingencias, lo que hace la diferencia. Tanto la dirección como la administración del hospital, disponen de todos los medios a su alcance para prevenir y evitar con anticipación que se presenten este tipo de inconvenientes. Eso solo puede suceder en casos de un desastre natural, más no en la gestión de un centro de salud donde se conoce de antemano la magnitud de la demanda y de la oferta del servicio.
Que un paciente de traumatología sea derivado a una sala de ginecología, dice mucho de esa falta de capacidad y, asimismo, un hospital sin servicio de rayos X es un ómnibus repleto de pasajeros que se desplaza de noche y sin luces. Esto solo puede suceder en el hospital III de Essalud-Chimbote.